Según relataron, el viaje en sí ya fue complejo: más de 50 horas de vuelos con múltiples escalas y un desvío inesperado a Uzbekistán marcaron el inicio de la odisea. Sin embargo, lo más grave ocurrió en los días previos a la pelea, cuando el promotor del evento —a través de un traductor— les advirtió que “Asenjo no podía ganar”, enviando además un escalofriante mensaje escrito: “Si gana, me matarán y ustedes no podrán salir de Kazajistán”.
Este mensaje transformó el desafío deportivo en una situación de verdadero riesgo vital. Tanto Daniela como su entrenador reconocieron que sintieron un miedo real por su seguridad personal en un contexto completamente ajeno a los valores del deporte.
Además de las amenazas, la situación se vio agravada por la completa ausencia de respaldo por parte del Estado chileno. Daniela Asenjo fue enfática al señalar que no recibieron ningún tipo de apoyo o acompañamiento oficial, ni local ni consular.
“No estuvieron a la altura. Los deportistas merecemos respeto y protección cuando representamos a Chile”, declaró con firmeza la boxeadora.
Además, la deportista destacó que la única ayuda concreta provino del agregado cultural argentino en Rusia, quien entendió la gravedad de lo que estaban viviendo.
A pesar de esta amarga experiencia, Daniela Asenjo aseguró que su carrera deportiva sigue adelante: “Esto no nos detendrá. Espero poder defender mi título mundial WBC este año, pero en condiciones dignas y seguras”, concluyó.
