En La Unión, con fecha 7 de abril de 2025, quedó formalmente constituida la Corporación Nacional de Mujeres Indígenas, CONAMI, “Hijas de la Tierra y del Mar”, como una entidad jurídica de derecho privado orientada a promover y defender los derechos individuales y colectivos de las mujeres indígenas del país.
Según el acta constitutiva firmada ante el ministro de Fe, la corporación se regirá por la Ley Nº 20.500, el Convenio 169 de la OIT, y por tratados internacionales como la CEDAW, con el fin de fortalecer la participación plena de las mujeres indígenas en la vida política, social, económica y cultural, promoviendo además el respeto a sus territorios, saberes ancestrales e identidad cultural.
María Emilia Huaichaqueo Epulef, del pueblo mapuche, asumió la presidencia y representación legal de la corporación. “Este es uno de los tantos objetivos de un trabajo que viene desde el año 2016, en donde nos constituimos como una mesa nacional de mujeres indígenas con 24 integrantes, en ese momento con nueve pueblos originarios reconocidos por la ley indígena”, explicó.
Además, agregó que “hemos desarrollado una agenda de género indígena a nivel nacional, que representa a todos los pueblos, a todas las mujeres indígenas, desde sus territorios y sus propias necesidades”.
Huaichaqueo también destacó el trabajo realizado junto a organismos internacionales: “Tuvimos un trabajo arduo durante dos años con ONU Mujer […] y continuamos hasta el día de hoy desarrollando diferentes acciones en los diferentes territorios”.
Entre los principales objetivos, señaló que “el Convenio 169 de la OIT, las observaciones de la CEDAW […] hablan de que el Estado chileno aún mantiene ciertas actitudes discriminatorias hacia las niñas y las mujeres indígenas, en la política pública principalmente”.
“Estamos por seguir velando que la ley indígena se mantenga vigente hasta el día de hoy. No queremos cambios porque sabemos que pueden significar un retroceso importante en los derechos de los pueblos”, agregó.
Desde el pueblo kawésqar, María Álvarez valoró la conformación formal de la organización. “La idea es ahora aunar fuerzas, y por eso nos constituimos como una corporación que va a luchar por los derechos, más que nada, de las mujeres”, expresó.
Consultadas por el impacto que esperan generar, varias dirigentes coincidieron en que la iniciativa representa un gran avance, aunque con desafíos. “Muy bueno, pero también nos damos cuenta que esta fue una actividad que hicimos nosotros mismos, sin ayuda de nadie”, señaló Álvarez, quien criticó la falta de apoyo estatal para facilitar la participación de hermanas de zonas más alejadas.
Por su parte, Susana Riquelme Currihuinca, secretaria de la corporación, abordó la necesidad urgente de visibilización. “La verdad que el tema del feminismo, que se habla de las mujeres no indígenas, nosotras no estamos incorporadas en todo eso. Tenemos otra forma de ver la vida y lo importante es que se reconozca también que existimos, porque la verdad que como mujeres indígenas estamos bastante invisibilizadas”.
Desde el territorio de Puyehue, en la región de Los Lagos, Ana Vargas Paillahueque, directora, sostuvo: “La importancia de participar es porque nosotros las mujeres vemos mucha falencia, donde están muy abandonados, y también poder pelear por nuestros derechos como las mujeres en nuestro territorio”.
En tanto, Gladys Merino, también directora, explicó lo que la motiva a ser parte de la corporación: “Es poder visibilizar la forma de pensar que tiene la mujer mapuche en la sociedad”. Apuntó a la distancia entre las instituciones y el pensamiento indígena: “En muchas instituciones que no representan nuestro ser […] ya existe el convenio 169, el Estado ya reconoció a los pueblos originarios y nosotros tenemos otra forma de pensar”.
Merino también aludió a los sistemas de salud: “La mujer mapuche, no sé, la machi, muchas veces el mismo Ministerio de Salud la ve como una salud alternativa y para nosotros como mapuche, nuestra salud es oficial”. Y agregó: “Nosotros siempre hablamos de un código sanitario con pertinencia cultural, que el Ministerio de Salud tampoco lo ve como propio nuestro. Entonces sentimos que muchas veces somos solamente como algo folclórico, algo simbólico y nosotros queremos […] políticas públicas que representen a todos los pueblos originarios con su forma de ser”.
Finalmente, Huaichaqueo detalló los pasos a seguir. “Hicimos nosotros una agenda, una agenda política, y esa agenda se hizo con la recogida de información de dos encuentros. En cada encuentro participaron más de 100 mujeres de todo el país y nuestro objetivo es seguir trabajando esa agenda. La agenda ya está hecha y el marco son los derechos humanos”.
Pese a que algunas representantes no pudieron asistir, como una alamuay del pueblo Rapa Nui y otra del norte (Likan Antai), ambas enviaron carta poder y serán socias fundadoras. “En este minuto hay seis pueblos hoy día presentes”, afirmó la presidenta.
La nueva corporación buscará ser un canal formal y colectivo de representación para las mujeres indígenas, dando continuidad a un trabajo que ya lleva casi una década, ahora con personalidad jurídica y respaldo nacional.