Por Iván Flores García
Diputado
Yasna Provoste encarna el alma social del origen de la Democracia Cristiana, así como de quienes quieren y buscan quien conduzca los cambios profundos y urgentes en Chile, pero con plena expresión de la democracia y en la mejor convivencia y paz social. Este compromiso de cambios debe ser preparado y construido con y para la ciudadanía, con la voluntad y decisión de todas y todos y con la profundidad que el nuevo Chile espera. Debe hacerse con apego a la norma, mientras se trabaja en la nueva Constitución Política para nuestro país.
El triunfo de Yasna Provoste nos da la esperanza de un chile equilibrado que refleja la necesidad de la gente que se ha cansado de esperar, que tiene ganas de reconstruirse en mayor justicia social y que espera igualdad de oportunidades sin distinciones. A su vez, este ánimo que nos convoca, nos permitirá reunir voluntades, corazones y capacidades, para tener un gran triunfo el 21 de noviembre, sumado a un nuevo parlamento democrático que esté en sintonía y fuerza para reconstruir la esperanza y confianza de las y los ciudadanos.
Nobleza obliga a reconocer el juego limpio y las manifestaciones de honrar los acuerdos por parte de Paula Narváez y Carlos Maldonado, así como la voluntad de los y las presidentes, militantes y cercanos de todos los partidos del bloque para incorporarse al trabajo que viene. ¡¡Muchas Gracias!!
En lo personal, siento una profunda alegría que mi camarada, ex compañera de pupitre en la Cámara de Diputadas y Diputados y amiga entrañable, sea quien encarne la conducción hacia esa nueva y más justa patria. El país necesita confiar y seguir a una líder firme y claro y que conozca el sentir de la calle y sus respuestas. Estoy seguro que ella será capaz de lograrlo, dada su tenacidad, empatía y porque tiene las cosas claras para enfrentar este gran desafío.
A partir de hoy, están todas y todos invitados a sumarse y trabajar para ganar el 21 de noviembre.
