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jueves, 28 marzo, 2024

Clases invertidas: Oportunidades de pandemia

La Clase Invertida o Flipped Classroom, es un método de enseñanza cuyo principal objetivo es que el o la estudiante asuma un rol mucho más activo en su proceso de aprendizaje que el que venía ocupando tradicionalmente” (Berenguer, 2016: 1466). En definitiva, supone una inversión con el método anterior (Wasserman, Quint, Norris y Carr 2017), donde los alumnos y alumnas estudiarán por sí mismos los conceptos teóricos que el docente les facilite y el tiempo de clase será aprovechado para resolver dudas, realizar prácticas e iniciar debates relevantes con el contenido.

Por Ramón Rubio Donoso
Rector del CFT Estatal de Los Ríos

En tiempos de pandemia, con sistemas de conectividad limitado, con hogares que muchas veces no sustituyen la posibilidad de concentración del aula, invertir la clase parece ser una verdadera oportunidad de ganar-ganar. El método consiste, simplificadamente, en poner a disposición de los estudiantes, videos, infografías, documentos y cualquier material de apoyo que les permita nutrirse de un contenido específico, que será trabajado en la próxima clase síncrona (en tiempo real), a través de debates, resolución de problemas, trabajo por proyectos o trabajo colaborativo, entre otros.

El desarrollo de clases invertidas nos podría ayudar a reducir las dificultades de conectividad, las complejidades de tener a un(a) estudiante sentado frente al computador largas horas, generando desmotivación y cansancio físico innecesario, tanto a estudiantes como a los docentes. Sin embargo, es necesario tener presente que la metodología no es una receta mágica, sino que un cambio de paradigma; que no es un método diseñado para clases On line, es aplicable a clases presenciales, virtuales o híbridas; que no es un mayor o menor trabajo para el docente, es un trabajo distinto orientado a acompañar y modelar los aprendizajes de sus estudiantes y finalmente que no se limita sólo a la utilización de tecnología o medios digitales, pues estos son un medio para lo realmente importante, dejar espacio para que los aprendizajes se desarrollen.

La educación técnica debe ser de los sistemas educativos más golpeados en pandemia, por la imposibilidad de asistir presencialmente a clases, pues el desarrollo de aprendizajes prácticos tradicionalmente llevados a cabo en laboratorios y talleres no ha podido desarrollarse. Sin embargo, se abren a través de la incorporación de tecnología y nuevos métodos, espacios para focalizar de mejor forma los tiempos de “taller”, permitiendo la flexibilización y favoreciendo la alternancia laboral, como ya en ocurre en el CFT Estatal de Los Ríos, con cientos de estudiantes-trabajadores distribuidos en diversas comunas de nuestra región, que han podido acceder con mas facilidad a sus clases, que gradualmente serán cada vez más invertidas.

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