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miércoles, abril 24, 2024

Opinión: Ser mujer en la comuna de San Pablo

Las mujeres representan el 49.5% de la población mundial. El 35% de las mujeres ha experimentado alguna vez violencia física, el 83% ha sufrido acoso sexual. Si juntáramos los parlamentos, congresos y cámaras legislativas de todos los países, sólo 1 de cada 5 representantes sería una mujer. También acostumbran a tener trabajos más precarios. Según la ONU, el 60% de mujeres hace trabajos vinculados a la economía informal.

Por Fabián Cortéz Carcamo
Ingeniero Comercial, licenciado en ciencias económicas y administrativas.

Los datos anteriores son dramáticos, pero conocidos. Entonces quise ahondar más en el mundo de la mujer que vive en nuestra comuna y me encontré con desafortunadas sorpresas.

Una joven madre me comentaba que mientras hacia un trámite en el edificio municipal, tuvo la emergencia de cambiar el pañal a su bebé. Muy a su pesar no encontró mudador en el edificio público, por lo tanto, no le quedó otra opción de cambiar a su pequeño en el suelo sobre una improvisada manta. Hasta la fecha no hay mudadores en los edificios públicos de San Pablo.

La falta de un ginecólogo en nuestro CESFAM es un reclamo constante, pero que ante la cultura de la ausencia y estancamiento comunal, se vuelve costumbre. La falta de seguimiento y apoyo psicológico a nuestras mujeres que han sido mamás es otro reclamo común, sumado a la falta de redes que puedan dar soporte y alivio a las mujeres que han sido violentadas en nuestra comuna. Así es, en pleno 2021 aún callamos y hacemos oídos sordos cuando una mujer es agredida, ya que aún nos rige una cultura machista.

He mencionado en otras columnas la falta de promoción de la comuna para incentivar la inversión privada, lo que llevaría, por ejemplo, a tener una guardería. Hoy en día los jardines infantiles, (por ende también sus trabajadoras/es) se ven presionados a funcionar como guardería. Al no ser su propósito, ya que los horarios del jardín no están acomodados (y no deben estarlo) a los horarios estándar de trabajo, lleva que las mamás deban optar por trabajos de medio tiempo, coartando en ocasiones la realización profesional de las mujeres sanpablinas.

 A su vez el rezago de una mala cultura lleva a que las mujeres de la comuna se vean en la obligación de cuidar adultos mayores, personas postradas o prestar atención sin tener una constante red de apoyo pública. Ejemplo: el caso de la farmacia popular que no cumple con las exigencias de prestaciones que requieren los ciudadanos.

Podría seguir enumerando falencias público/privadas hacia las mujeres de la comuna y construir una novela, pero las columnas de opinión tienen que ser cortas. Por lo tanto tomé toda la información que he recopilado y la llevé a la oficina del departamento de la mujer de San Pablo.

¿Y qué creen? No tenemos.

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