Una vez conocido el fallecimiento del general en retiro Sergio Arellano Stark, que lideró la tristemente célebre «Caravana de la Muerte», el senador por Los Ríos Alfonso de Urresti señaló: «esperamos que el Ejército no rinda homenaje a este genocida, quien fue el jefe del grupo de exterminio que tras el golpe de Estado de 1973 recorrió diversas ciudades, incluida Valdivia», comuna donde 12 trabajadores del Complejo Maderero Panguipulli fueron fusilados.
De Urresti añadió que «para quienes condenamos las horrorosas violaciones a los derechos humanos que encabezó Arellano, es lamentable que haya muerto en silencio, sin entregar los antecedentes que sin duda tenía sobre la muerte y el destino final de muchos compatriotas que fueron asesinados, masacrados y desaparecidos bajo sus órdenes», dijo.
«Hay que insistir en la necesidad moral de terminar con los pactos de silencio que muchos violadores sistemáticos de derechos humanos insisten en prolongar en el tiempo, apostando a la muerte como fórmula de impunidad. Esos pactos lo único que hacen es seguir castigando, injustamente, a las familias de los compatriotas detenidos-desaparecidos, que ven con espanto como la impunidad les niega la verdad y justicia acerca del paradero de sus seres queridos», puntualizó.
