miércoles, mayo 8, 2024

Políticas regionales de deporte: propuesta de solución local a una problemática global

Por Felipe Cañoles Cañoles
Concejal de La Unión
Mg. en innovación, evaluación y calidad de la educación física, Universidad Autónoma de Madrid, España
Mg. en actividad física y vida saludable, Universidad de la Frontera, Temuco, Chile

Según datos de las Naciones Unidas, se espera que el número de personas mayores de 60 años se duplique para 2050 y triplique para 2100: pasará de 962 millones en 2017 a 2.100 millones en 2050 y 3.100 millones en 2100. A nivel mundial, este grupo de población crece más rápidamente que los de personas más jóvenes.

En Chile, en tanto, el número de adultos mayores se incrementó un 76% en los últimos 25 años según datos del Censo 2017, nuestra sociedad vive un proceso sostenido de envejecimiento, acompañado de un descenso de la tasa de natalidad. Se estima que en 2020 el grupo de adultos mayores representará un 20% de la población total, y para el año 2050 casi un 30% de la población tendrá más de 60 años.

Estos cambios generan un profundo impacto sobre nuestro sistema de salud, pues no está organizado sobre una estructura de atención de urgencia y de enfermedades agudas, y no está preparado para atender la nueva prevalencia de enfermedades crónicas, de pacientes portadores de múltiples patologías y de este aumento exponencial en la cantidad de adultos mayores que necesitan cuidados especiales.

El estilo de vida sedentario es uno de los principales factores de riesgo para enfermedades de alta prevalencia, como la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares, y algunos tipos de cáncer. A su vez los estudios apuntan a que las personas que mantienen un estilo de vida físicamente activo o una buena forma física tienen menores tasas de mortalidad que sus homónimos sedentarios y una mayor longevidad. Las personas que en cualquier momento de su vida abandonan su hábito sedentario para pasar a otro más activo físicamente, aumentan su forma física y reducen sus tasas de mortalidad significativamente.

Algunos autores señalan que los niños sedentarios, se convertirán en adultos inactivos y de forma bastante consensuada se habla que la infancia es el período evolutivo ideal para la adquisición de un estilo de vida saludable, dado que el mismo se adquiere porque el niño lo repite como comportamiento habitual sin plantearse la conveniencia o no del mismo, tal y como lo realiza el adulto, además, parece ser que la existencia de bajos niveles de actividad física en lo niños y jóvenes tendría repercusiones para la salud por el resto de la vida. De hecho, las enfermedades coronarias, en las que una conducta sedentaria es un factor de riesgo, se considera como un proceso que tiene su origen en la niñez.

El punto de inflexión para el abandono de la práctica de actividad física y deporte, según muchos investigadores, se produce entre los 13 y 14 años en el caso de lo niños y entre los 12 y 13 en el caso de las niñas, edad en donde comienzan a importar con mayor intensidad las interacciones entre los pares, interacciones que están, además, influenciadas por el entorno social y cultural, y que muchas veces normaliza conductas que para otras culturas o sociedades serían simplemente inaceptables.

En el caso de la actividad física y deportiva pudiésemos estar frente a una situación similar, en donde, en este caso, pudiésemos estar normalizando conductas, que están perjudicando la adherencia en el ejercicio físico y deportivo de los niños y niñas, ya que las razones que esgrimen los sujetos para dejar la práctica de actividad física y deportiva, señaladas en muchas investigaciones son:

  • Tengo cosas que hacer
  • No era tan bueno como pensaba
  • No era suficientemente divertido
  • No soportaba la presión
  • Era aburrido
  • No me gustaba el entrenador

Las cuales denotan una desmotivación y un claro rechazo a la idea de sentirse incompetentes frente a la ejecución de la actividad física o deportiva, por eso cabe preguntarse ¿es necesario ser hábil, fuerte o rápido para practicar algún deporte o actividad física? ¿Por qué solo basamos nuestro éxito en la comparación con otros? ¿No es acaso más importante destacar el esfuerzo que hay detrás de cada triunfo o derrota, que tan solo destacar el resultado de la comparación entre los pares? Independiente de nuestra opinión, la realidad nos indica que, en muchos casos, los estudiantes solo tienen acceso a participar en actividades donde su fuerza, velocidad o habilidad se ve expuesta a una comparación social, y no se valora el proceso, sino solo el resultado final.

La Teoría de las Metas de Logro (Nicholls, 1989) y la Teoría de la Autodeterminación (Deci y Ryan, 1980, 1985, 1991), son las teorías más utilizadas a la hora de explicar la deserción frente a la práctica de actividad física y deporte en las personas, estos investigadores, señalan que existen dos modelos, la orientación a la tarea, en donde el éxito es determinado por factores intrínsecos, por ejemplo, en una carrera de 100 metros planos, el sujeto corre tratando de batir sus propias marcas, en este caso el fracaso es visto como una falta de entrenamiento, y no solo como una falta de habilidad, es decir, fomenta el esfuerzo y el trabajo realizado por sobre el resultado final.

Por otro lado, la orientación al ego, que determina el éxito por factores extrínsecos, por ejemplo, en una carrera de 100 metros planos el sujeto corre tratando de vencer a los demás, y el resultado de esta comparación social determinara los niveles de éxito y satisfacción, en este caso la derrota es vista como fracaso y no como una oportunidad de mejorar.

La orientación a la tarea, está relacionada con una mayor motivación hacia la práctica y adherencia al ejercicio físico durante toda la vida, por lo que, si queremos desarrollar hábitos de vida activa, debemos replantearnos los paradigmas existentes sobre el éxito en el deporte escolar, que pudiesen está provocando la desmotivación y abandono de la práctica sistemática en los estudiantes, los que serán los futuros adultos mayores de nuestro país.

Esta modificación debe ser considerando a los adultos que más influyen en la formación de los estudiantes (apoderados, profesores, directores) los cuales pudiesen estar normalizando conductas que afectan la adherencia al ejercicio físico en los niños y niñas, por aquellas que propicien el desarrollo de una cultura hacia la práctica de actividad física y/o deportiva, y cuyos objetivos se platee como estrategia para mejorar la calidad de vida de las personas.

Es por esto que, en la creación de políticas públicas en torno a la actividad física y deportiva de nuestra región, se debe considerar esta información, no podemos seguir actuando reactivamente, debemos ser capaces de prever los escenarios futuros. La información está disponible, y debe verse reflejada en la incorporación de acciones concretas y coherentes con las metas sanitarias de nuestro país, impulsada por el Gobierno Regional, a través de los planes comunales de deporte.

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