Durante tres décadas dedicó su vida al servicio de la comunidad en Santa Rosa, donde fue reconocida por su compromiso y cercanía con las familias del sector.
Gabriela Quezada desarrolló su carrera como paramédico entre 1988 y 2018, siendo un pilar fundamental en la atención rural de la comuna. Junto a sus hijos Karin, Cristian e Ignacio, se instaló en Santa Rosa en una época en la que el sector carecía de servicios básicos como electricidad, agua potable, asfalto o telefonía.
Gracias a su liderazgo y fuerte vínculo con los vecinos, impulsó la creación del primer Comité de Salud del sector, con el cual gestionó importantes proyectos que permitieron la llegada de la electrificación y un pozo profundo, mejorando significativamente la calidad de vida de los habitantes.
En una entrevista ofrecida tras su jubilación, recordó con gratitud los años vividos en Santa Rosa. “Mis hijos eran felices y yo también. Mi familia llegaba a vernos y siempre estaban contentos. Recibimos mucho cariño, les agradezco porque me ayudaron a criar a mis hijos, yo aún siento el cariño de esas personas”, expresó emocionada.
Más allá de su entrega laboral, Gabriela fue reconocida como una madre comprometida, una abuela presente de cinco nietos, y una hermana y tía muy querida por su familia.
Su velatorio se realizará en su domicilio, ubicado en el callejón Quezada, mientras que los detalles del funeral serán informados oportunamente.