Practica deportes desde los seis años y, durante una década, ha sacrificado los fines de semana para entrenamiento y asistir a competencias, esfuerzo y perseverancia que dieron su fruto con una medalla de oro para el equipo de ciclismo de la capital del Ranco.
El fin de semana recién pasado, Martina Isidora Torres Salinas, unionina de 16 años, se coronó campeona nacional junior en la prueba contra reloj del Campeonato Nacional de Ciclismo en Ruta, lo cual le permitió clasificar con pase directo al Panamericano de Ciclismo que se realizará en junio de este año, en un país por definir, que podría ser Colombia, República Dominicana o Uruguay.
Martina, cursa tercero medio en el Colegio Alemán, “una buena alumna con buenas notas, promedio 6,3 o 6,4”, detalla su padre Leonardo Torres, cuando nos sentamos en la mesa a conversar sobre la historia de Martina, que esta semana ha vivido intensos momentos en medio de reconocimientos tras su medalla de oro, por lo que su agenda ha estado bien ocupada.
“En la contra reloj fue en la que salí campeona nacional por dos segundos de ventaja, clasificada al Panamericano y seleccionada nacional”, señala Martina al inicio de la entrevista. Luego reconoce que en la prueba de fondo igual salió entre las Top 10, pero, “en esa me centré más en divertirme, ya que había conseguido el objetivo que quería”.
Este era el segundo campeonato nacional de Martina, pero en el anterior salió cuarta, por lo que este año fue la revancha, logrando superar a quien había sido campeona por cuatro años, Gabriela Alarcón, de Coyhaique, con un tiempo de 15 minutos y 20 segundos, en tanto que la ciclista patagona obtuvo un tiempo de 15 minutos y 22 segundos, en 10 kilómetros que dura el recorrido.
Al rememorar el momento de la competencia, Martina aún emocionada recuerda que “estaba nerviosa, estaba concentrada, hice la carrera, terminé muy cansada, ni siquiera podía bajarme de la bicicleta sola, porque mis piernas no daban más; al principio me dijeron que había salido tercera, bronce, y yo dije que estaba bien, pero esperaba más. Después me dijeron que fue oro, campeona nacional, ahí me emocioné y todos se emocionaron, mi equipo me apoyó y felicitó”.
Una semana antes de ir al campeonato, Martina tuvo un accidente al caerse en el gimnasio del colegio y se fracturó el dedo pulgar de la mano izquierda, debiendo ser atendida clínicamente y, pese a ello, con la debida protección en el pulgar decidió competir, algo que en la carrera por la adrenalina no le ocasionaba problemas, pero igual el dolor lo sintió con posterioridad, lo que habla de su perseverancia para alcanzar objetivos. Hay una foto en redes sociales en la que sostiene la medalla y se ve el dedo fracturado con la protección.
La campeona unionina relata que “desde los 6 años practico deporte, comencé con el atletismo en mi colegio, después seguí con triatlón a los 11 años, me uní al club de Universidad Católica, y el año pasado fue que comencé con el ciclismo, con Alex Navarro, siendo mi primera carrera el nacional, en Puerto Montt, y vieron que me fue bien en la prueba contra reloj, así que comenzamos a prepararla para este año con mi entrenador”.
Martina es disciplinada, porque los fines de semana de todo el año a las siete de la mañana está levantándose para entrenar. Cuenta con el apoyo de su colegio, que le entrega las facilidades para que compatibilice estudios y deporte, ya que le ayudan con los permisos de los viajes, las evaluaciones, y tiene facilidades con el aprendizaje, lo que le ayuda a mantener un promedio de notas alto. Además, recalca que su familia ha sido su apoyo fundamental, y es su padre quien la acompaña a todas las competencias.
LA HISTORIA DE LA BICICLETA
El día de la prueba, su entrenador Alex Navarro, le entregó una bicicleta que tiene 20 años, que ha subido a varios unioninos al podio como campeones nacionales, la cual aún es aceptada en competencias del país, pero no en un Panamericano. “Por eso mi profesor me la pasó, porque sabía que podía llevar esa bicicleta a otro podio más, y para mi no fue una molestia, aunque tenga muchos años, ya que todo va en las piernas y es una bicicleta con historia”, indica.
Es que la historia del equipo unionino del que forma parte, habla de esfuerzo, de chicos de escasos recursos que son entrenados por Alex Navarro, un hombre que lo ha dado todo y ha formado a varios campeones. Muchos de sus pupilos deben competir con bicicletas, vestuario y zapatos prestados, porque no siempre existe el apoyo o financiamiento para ellos, sin considerar que también deben tener una alimentación apropiada, ya que el costo de practicar el ciclismo es muy alto.
Ese es uno de los dilemas que Martina debe enfrentar ahora para el Panamericano, porque debe tener una bicicleta normada o certificada internacionalmente, que cuesta unos 3 millones de pesos, y debe tenerla cuanto antes para entrenar con ella, adaptarse antes de junio, para poder tener el mejor rendimiento en la justa internacional, además de vestuario y alimentación que también es especial y tiene alto costo, por lo que depende, principalmente, de los auspicios y patrocinios que empresas e instituciones puedan darle.
EXPECTATIVAS DE FUTURO
Martina es muy clara de lo que espera en el Panamericano. “Espero un primer lugar, ser campeona Panamericana sería un sueño, porque al ir se me abren muchas oportunidades y más si saco un podio allá, con harta preparación creo que puedo llegar a lograrlo. Eso me pondría muy feliz, de tener muchas oportunidades en otras partes”, acota.
La deportista, según sus propias palabras, considera que “representar a la comuna es un honor, a la región y ahora representar al país, una ciclista unionina que va al Panamericano. Voy a dar lo mejor de mi, y gracias por el apoyo y felicitaciones que he recibido estos días de muchas personas”.
Finalmente, Martina se despide enviando un mensaje a su generación: “El deporte te abre muchas puertas, es muy bueno física y mentalmente para la salud, y que no solo los jóvenes lo hagan, sino que todas las personas”, concluye.
