Por segundo año consecutivo, el SIMCE fue suspendido por la Agencia de la Calidad de la Educación, manteniendo el Diagnóstico Integral de Aprendizaje (DIA) para fin de año.
Ante la falta de condiciones —principalmente— de participación para procurar calidad técnica de los resultados del Sistema de Medición de la Calidad de la Educación (SIMCE), que inciden en políticas públicas, la Agencia de la Calidad, con respaldo del Ministerio de Educación, decidió suspender la aplicación del instrumento.
Ante ello, la decana de la Facultad de Ciencias de la Educación de la U. San Sebastián, Ana Luz Durán, enfatizó que los establecimientos deben trabajar, según sus realidades, para un retorno a la presencialidad, tanto por el rezago educativo, por las brechas que se han generado, y por una mayor protección social de los estudiantes.
“Me parece bien la suspensión del SIMCE, donde este año se realizó el Diagnóstico Integral de Aprendizaje, que mostró no sólo los deficientes resultados educativos, sino las brechas que hay y el impacto socioemocional, a propósito de la pandemia”, indicó Ana Luz Durán.
“No tomar el Simce nuevamente implica no colocar una presión adicional a los establecimientos educacionales, porque para que el SIMCE se pueda aplicar adecuadamente tiene que haber no sólo lo que se llama condiciones de aplicaciones estandarizada, sino que también requiere de altos niveles de participación”, explicó.
“Con ello, al quitar presión, los establecimientos educacionales debieran definir sus condiciones de retorno ojalá lo más pronto posible, pensando en que tenemos que hacer una recuperación de los aprendizajes que hemos perdido, pero también preocuparnos por la situación socioemocional de padres y madres, apoderados, profesores, asistentes de la educación y por supuesto nuestros niños, niñas y jóvenes”, acotó.
A la recuperación que se refiere la decana Ana Luz Durán, es para sopesar, por ejemplo, “lo indicado a principio de año por el Banco Mundial, que se ha perdido en promedio en el país 1,3 años en lo que se denomina aprendizaje estandarizado. O que, según los resultados del Diagnóstico Integral de Aprendizaje un 60% de los estudiantes de sexto a tercero medio no logra un nivel esperado en lectura y matemática”, precisó.
“Los establecimientos particulares son los que han seguido con clases por lo que se está ampliando más la brecha. Y no existe sólo rezago educativo, sino que también los establecimientos educacionales cumplen un rol de protección en términos socioemocionales y muchos de ellos entregan servicios a los estudiantes, como la alimentación”, dijo.
“Por supuesto que el retorno a clases tiene que hacerse con mucho cuidado, pensando en nuestros profesores que han hecho un tremendo esfuerzo, a quienes tenemos que cuidar, su salud laboral y mental, pero también tenemos que hacer un esfuerzo de volver por un criterio de justicia”, sostuvo.
