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jueves, abril 25, 2024
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Desarrollo nacional desde comunidades locales

La identidad Regional y Local importa. Importa porque la dimensión espacial en la convivencia humana genera una cultura e historia que en gran parte define nuestras preferencias sobre donde queremos avanzar en nuestro desarrollo. Importa porque la dimensión espacial en muchos casos define qué tipo de actividad económica es más productiva para una región o comuna. Si la nueva constitución aspira a ser el hito para alcanzar mayor bienestar en el país, esta debiera reconocer que las estrategias de desarrollo deben surgir desde unidades espaciales locales para luego articularse con la estrategia de desarrollo nacional.

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Por Pablo Neudorfer
Ph.D. Instituto de Administración UACh

El concepto de ventajas comparativas internacionales ha sido central en la idea dominante de que el comercio exterior es el vehículo más eficiente para el crecimiento económico. La idea que está detrás es que la especialización en actividades más productivas genera un mayor crecimiento para todos los países a través del intercambio. En este mundo de ventajas comparativas, la minería del cobre ha sido nuestro vehículo de crecimiento y nuestra estrategia de desarrollo ha permanecido a escala nacional. Sin embargo, actualmente hay nuevos conceptos económicos tales como la economía colaborativa y la economía circular que tienen el potencial de generar una mirada de desarrollo a partir la dimensión local.

La economía colaborativa desafía el paradigma de que el mejor resultado en un sistema (económico) se genera cuando todos competimos. Al parecer, los sistemas biológicos de primates son más complejos, y dependiendo del contexto a veces la mejor respuesta es colaborar en lugar de competir. Por otra parte, la economía circular reconoce que las personas vivimos en un sistema vivo y dinámico que se auto sostiene. Si la economía pasa de una economía lineal (insumos – proceso productivo – productos y desechos) a uno circular que se auto sostiene, tendríamos la oportunidad de sustentar nuestra actividad económica y la de nuevas generaciones de manera dinámica.

Estos nuevos conceptos parecen invitarnos a intensificar la mirar hacia nuestra comunidad local para buscar oportunidades de colaboración para ser más competitivos y también a generar conocimiento para entender nuestras dinámicas medioambientales locales. La economía es una diciplina que pone al hombre en el centro y busca su bienestar. En ese objetivo, la ciencia económica ha construido paradigmas como la competencia o la maximización de beneficios empresariales como vehículos para alcanzar ese bienestar. Sin embargo, cada vez más la economía integra otros principios tales como la colaboración, la economía sustentable y la economía circular. Estamos en tiempos donde sería útil retomar más fuertemente estrategias de clusters de desarrollo local y productivo. En esta labor son las universidades locales las que tienen rol fundamental para conducir el desarrollo basado en evidencia a la luz de estos nuevos paradigmas. La economía no va a dejar de estudiar como satisfacer las necesidades materiales de las personas, es decir, seguirá siendo antropocéntrica, sin embargo, con seguridad lo hará mejor en su tarea de aumentar el bienestar de las personas.

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