Por Karin Montero Alfaro
Docente Universidad Santo Tomás
Es en este contexto que el 26 de julio celebramos un año más del Día de los Abuelos; una población que ha sufrido sus propias modificaciones en sus rutinas, suspendiendo talleres, reuniones y actividades fuera de su casa, en especial aquellos mayores de 75 años.
Los adultos mayores son seres biopsicosociales con necesidades; desde el deseo de aprender, de tener nuevos desafíos diarios, de moverse y relacionarse con la comunidad y la familia.
En el contexto actual, con nuestros abuelitos y abuelitas en casa, alejados de sus talleres recreativos y actividades sociales regulares, debemos reforzar las actividades cognitivas para prevenir déficits cognitivos y favorecer la plasticidad cerebral.
Para esto, se aconseja que nuestros adultos mayores se informen de noticias sólo por medios oficiales y ojalá no más de dos veces al día; que lean si su estado de salud se lo permite; que escuchen música de su agrado, si es posible involucrando la letra de la canción para que se motive a cantar.
Los rompecabezas, crucigramas, sopas de letra y juegos de memorias se pueden llevar a cabo en ambientes cómodos, bien iluminados y temperados, reforzando el soporte emocional del adulto mayor.
Hay actividades que se pueden llevar a cabo en compañía de su cuidador, como ver una película de su agrado para después comentarla o, si la persona profesa una fe, acordar un momento para rezar o meditar.
Asimismo, para que nuestros abuelos y abuelas gocen de buena salud, es importante que realicen actividades físicas, promoviendo un envejecimiento activo y saludable. Esto, se puede llevar a cabo desde el momento en que se abren los ojos al despertar, luego de un sueño reparador de entre 5 y 9 horas diarias.
Al levantarse, se pueden llevar a cabo rutunas simples, con duraciones de entre 2 y 5 minutos, con melodías que sean de agrado para el adulto mayor, que incentiven el movimiento y el baile. Con la ayuda y compañía de su familia y/o cuidadores, se pueden llevar a cabo estas rutinas sencillas que le darán mayor vitalidad a nuestros abuelos y abuelas.
Finalmente, en el estado de cuarentena actual y de aislamiento social, es importante mantener una red de apoyo social y/o familiar que interactúa de forma diaria con ellos, evitando lapsos mayores de 8 horas sin contacto con dichas personas. Niños, jóvenes y adultos de la casa, le pueden enseñar a utilizar de forma práctica los teléfonos celulares, para que las llamadas se transformen en videollamadas, reforzando estos vínculos y favoreciendo un enfoque positivo en la vida del adulto mayor.
Cuidarnos es tarea de todos, y pasar tiempo de calidad con nuestros abuelos y abuelas puede ser uno de los mejores recuerdos de la cuarentena.
