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sábado, abril 27, 2024

Opinión: «Que En Paz Descanse»

Para ninguna persona que ejerza un cargo político debiera resultar incómodo tener que enfrentarse a los acalorados debates que suponen posiciones enfrentadas por obviedad, diferencias ideológicas, posiciones morales, formación política e incluso el hábitat, definen o marcan nuestro camino como servidores públicos.

Por Marcos Ilabaca Cerda
Diputado de la República

En este transitar no hay buenos ni malos, pero si hay antagonismos, en una democracia el más clásico de todos: Oficialismo v/s oposición. Roles antagónicos de sujetos que desde su civilidad deben representar fuerzas dispares que operan -en la mayoría de las ocasiones- con relativa ecuanimidad, y traen como consecuencia una especie de equilibrio de las partes representadas. Una mirada romántica, quizás esperanzadora, para describir un escenario que en la realidad se distancia mucho más de lo esperado del glamoroso Areópago Ateniense y se parece mucho más al salvaje Coliseo Romano. Y es que, en el tira y afloja de estas fuerzas, muchos quedan en el camino, pero hay ciertos códigos que no deben ser burlados, no al menos si no quieres arriesgar la cabeza sin estar dispuesto a pagar el precio. Esta última metáfora -algo cruenta porque el contexto lo merece- es la que mejor representa la figura política de la máxima autoridad regional en Los Ríos, el Intendente César Asenjo, un tipo que contaba con todo el respaldo del Presidente de la República en su nombramiento, pero que desde que tomó la jineta de capitán de esta región, no ha hecho sino traicionar los principios básicos de gobernabilidad en una democracia, tomando decisiones que molestan profundamente a la oposición, pero lo que es peor, defraudando una y otra vez la confianza de su colectividad, ganándose críticas de sus más cercanos y siendo finalmente expuesto en la plaza pública, al más puro estilo del Salvaje Oeste.

Filtraciones de whatsapp, errores administrativos, gastos exacerbados sin justificación y hace solo dos días un escándalo que trajo la pedida oficial de su cargo por parte de parlamentarios, consejeros regionales, y ex autoridades de todos los sectores. Así, sin más, la expectativa de la oposición se volvió contexto, y los que golpeteaban la espalda dejaron de seguir al líder por falta de liderazgo, pero fundamentalmente por falta de identidad política.

Puede ser que el Presidente Piñera haga caso omiso del clamor popular, y decida hacer oídos sordos a todos aquellos que vemos esta región sin la conducción política que se merece, es posible que en un arranque de nepotismo sin límites y siendo fiel a su estilo, Piñera decida que “nadie le da órdenes”, no obstante e independiente del final de esta saga, una cosa es clara, el Intendente Asenjo extravió el timón de este barco y a pesar de sus convicciones de vitalidad haciendo campaña por la región, su vida política tiene fecha de expiración, y la dirección de Los Ríos descansa en paz desde hace muchos meses.

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