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miércoles, abril 24, 2024
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Estudiantes de ingeniería y miembros del Club de Yates UACh construyeron la primera embarcación oceánica

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Proyecto se ejecutó íntegramente en las instalaciones de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería UACh y cumplió su primera travesía desde Valdivia a Calbuco.

Estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería que integran el Club de Yates UACh, construyeron la primera embarcación oceánica -una iniciativa pionera en Chile, que se desarrolla en las instalaciones del astillero ubicado en el Campus Miraflores de la Universidad Austral de Chile en Valdivia y- donde cada pieza de la nave fue construida por los futuros ingenieros, junto a miembros del club.

El proyecto es parte del trabajo que viene desarrollando por más de dos años el Club de Yates UACh, asociación náutica que nació hace décadas al alero de la Escuela de Ingeniería Naval y, que es liderada actualmente por Daniel Bravo, ingeniero naval y navegante profesional, quien ha logrado transformar la navegación en un deporte más accesible, dictando cursos de vela dirigido a estudiantes y público general de Valdivia, sin más requisitos que la pasión por navegar.

Gracias al entusiasmo que Daniel Bravo imprime a cada una de sus acciones, poco a poco el Club de Yates UACh fue creciendo en ideas hasta llegar a la construcción de la primera embarcación oceánica que da vida a lo que él denomina una Escuela de Vela Oceánica, todo lo anterior con el apoyo y financiamiento de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería.

“Ha sido una labor épica en la cual trabajamos decenas de personas durante dos años, preparando primero a la gente y luego, durante un año, fabricando el barco que nos permite hoy desarrollar la actividad” dice Bravo.

Añade que en general, la construcción de este tipo de embarcaciones está ampliamente segregada en Chile, en el sentido de que los astilleros nacionales, tradicionalmente, construyen una parte sencilla del barco, pero compran todo lo demás. “Nosotros en cambio hemos tenido que desarrollar cada pieza (equipamiento, mástil, velas, roldanas). Esto provee una profundidad y globalidad enorme en la comprensión y aprendizaje de todos los fenómenos involucrados. Además, por supuesto, los alumnos que fueron ingenieros y constructores del proyecto, luego se han transformado en navegantes probando y experimentando ellos mismos el resultado de sus decisiones” afirma Bravo.

En cuanto al diseño, explica que se mantuvo una aproximación conservadora que permitiera navegar en mar abierto con seguridad y, se intentó innovar en todos los aspectos posibles, siendo una de sus características más interesantes el mástil alar rotatorio que mejora sustancialmente la aerodinámica del aparejo completo.

La embarcación fue bautizada con el nombre de la lengua Yagán “Omora” que significa colibrí, recordando así a un pueblo originario de grandes navegantes del extremo sur de América.
La primera travesía del “Omora” se llevó a cabo este verano, partiendo inmediatamente después de la botadura del barco. “Navegamos con 3 tripulaciones y un total de 8 estudiantes desde Valdivia a Calbuco, para participar del 2do Encuentro Náutico y luego volver a través de la misma ruta a nuestra ciudad” señala Daniel Bravo.

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