Por Matías Velásquez Flores
Egresado en Administración pública
Hace mucho tiempo vengo planteando en mis columnas la transformación del Municipio unionino, el cual necesita de manera urgente de un proceso que la lleve a modernizar su estructura y re orientar su planteamiento de gestión y trabajo administrativo.
Los desafíos para los próximos años son de gran envergadura, hoy la comuna de La Unión necesita de manera urgente de estrategias de planificación que le permitan ordenar su cartera de inversión y dejar de lado la improvisación que hasta el día de hoy a mi juicio ha generado gastos poco eficientes, y de obras que no se acogen a ninguna política establecida tales como el techo de calle Letelier, aceras peatonales e incluso el espacios cultural ex puente comercio.
Pero no sólo es importante establecer nuevas estrategias y planificaciones en donde se comprometa la participación de la comunidad, es necesario también generar cambios en la estructura municipal, que aparentemente termina siendo centralizada y limitada en cuanto a su ámbito de acción.
Departamentos más efectivos, van de la mano con la búsqueda de nuevos espacios para expandir el trabajo municipal, oficinas móviles que lleguen a sectores rurales y capacitación del personal municipal que permita instalar una nueva cultura de gestión municipal y así innovar en procesos que sean más efectivos y que contemple a la comunidad y organizaciones mediante el cosoc y otras formas de participación comunitaria.
Estamos conscientes que todo proceso realizado en la administración pública es lento y requiere de estudios que permitan poder realizar transformaciones de fondo. La ley manda, prohíbe y permite, pero la comunidad exige transformaciones y los años van generando nuevas necesidades que deben ser atendidas de la manera más efectiva posible, y en donde todos los actores deben comprometer sus esfuerzos para lograr avanzar hacia una ciudad mejor.
