Debemos acabar con el pesimismo y la opinión de que para ser exitosos debemos emigrar.
Durante los largos trayectos de viajes desde La Unión hasta Puerto Montt, la ciudad que me ha albergado durante estos 5 años de universidad, he reflexionado en torno a los potenciales que nuestra comuna tiene y su capital inigualable en cuanto a recursos. Nunca he dejado de pensar en que nuestra ciudad tiene todo para ser una tierra que brinde desarrollo, genere bienestar, propicie una gran calidad de vida y sea considerada una alternativa para poder vivir, aunque para ser sinceros quienes la han administrado no han logrado dar con el clavo ni mucho menos propiciar lo anterior, aunque los avances nunca hay que desconocerlos.
Esa cotidiana opinión de la comunidad de que para ser exitosos debemos emigrar, siempre me ha llamado la atención, al menos en lo personal creo que debemos trabajar para doblarle la mano al destino, reencantando, trabajando y participando en las instancias de organización que nos permitan velar para que las autoridades hagan la pega y por otro lado seamos un aporte real en el proceso de trasformación de nuestra comuna.
No es fácil crear una cultura distinta, en ciencia política siempre estudiamos diversas teorías para analizar el comportamiento del ser humano, e intentar explicar el porqué de las cosas, aunque para darnos cuenta de la realidad no es necesario generar estudios, evaluar teorías ni mucho menos contratar asesorías, la clave siempre ha sido y será escuchar y para realizar los cambios es de gran importancia poder sintonizarse con lo que la comunidad exige, propone y desea.
Basta ya de los pesimismos, tenemos todo para construir una ciudad mejor, la nobleza de su gente nos ha permitido al pasar de los años crear un carácter fuerte, critico, esforzado, pero por sobre todo con ojos de esperanzas que se iluminan cuando al finalizar el día recordamos que las cosas siempre se pueden hacer mejor.
