Por Yoselyn Reyes Sánchez
Docente de Kinesiología UST sede Valdivia
Cada octubre, las calles, instituciones y redes sociales se tiñen de rosa. Es el mes de sensibilización sobre el cáncer de mama, una enfermedad que sigue siendo la principal causa de muerte por cáncer en mujeres en Chile y a nivel mundial. Sin embargo, más allá de las campañas y los lazos rosados, la verdadera lucha está en la prevención y promoción constante de la salud mamaria durante todo el año.
Hablar de prevención del cáncer de mama no es solo promover exámenes médicos; es fomentar una cultura de autocuidado. Significa educar desde temprana edad sobre la importancia de conocer nuestro cuerpo, de realizar y saber realizar el autoexamen mamario y de asistir a los controles clínicos periódicos. La detección temprana sigue siendo la herramienta más poderosa para salvar vidas, ya que permite tratamientos menos invasivos y con mayores probabilidades de éxito.
Pero la promoción de la salud va más allá del ámbito médico. Implica crear condiciones sociales y culturales que faciliten el acceso a la información, a la atención oportuna y a estilos de vida saludables. La alimentación equilibrada, el ejercicio regular y la reducción del consumo de alcohol y tabaco son factores que, aunque parezcan simples, tienen un impacto directo en la prevención de esta enfermedad.
Es urgente también derribar los miedos y prejuicios que aún persisten. Muchas mujeres y aunque en menor porcentaje también hombres evitan los exámenes por temor o desinformación. Aquí es donde las comunidades, los medios y las instituciones tenemos un rol fundamental: hablar sin tabúes, acompañar sin juzgar y recordar que cuidar de una misma no es egoísmo, es responsabilidad.
El cáncer de mama no distingue edad, nivel socioeconómico ni lugar de residencia y no solo se diagnóstica a la o el paciente, también lo vive la familia, su núcleo. Pero sí podemos marcar la diferencia si logramos que cada mujer u hombre, sin importar su origen, tenga acceso a la información, a la detección precoz y al apoyo emocional que necesita. La prevención no es una campaña de un mes: es un compromiso de todos los días, con la vida y con nosotras mismas”






 
                                    









