Por Ramón Rubio Donoso
Rector del CFT Estatal de Los Ríos
Esta estrategia recoge gran parte del diagnóstico levantado previamente gracias al trabajo de actores del mundo de la educación, del trabajo y de organismos públicos relevando 6 nudos críticos, los que se abordan en tres ejes centrales: Trayectorias de estudiantes y trabajadores; Mundo del trabajo, un espacio de aprendizaje y Fortalecimiento de las capacidades del sistema FTP y 5 dimensiones transversales: Calidad, Desarrollo Territorial, Equidad de género, Sustentabilidad, Inclusión.
Podemos decir que estamos frente a una adecuada carta de navegación, técnicamente bien elaborada, que ha contado con la participación de los principales actores vinculados al sistema y con mecanismos adecuados para su seguimiento. Sin embargo, es pertinente tener en consideración que, de acuerdo con Charan y Colvin (1999), menos del 10% de las estrategias formuladas de forma correcta, son ejecutadas con éxito.
Se reconoce y aprecia la existencia de una Estrategia Nacional de Formación Técnica 2020-2030, que seguramente requerirá de revisiones y ajustes a futuro, pero por sobre todo requerirá de un esfuerzo conjunto para transformar esta carta de navegación en una política de estado, apoyada con una participación permanente de los principales actores del ecosistema TP y un seguimiento basado en estándares internacionales de accountability, tal cual opera en aquellos países donde la educación técnica es el principal referente formativo para el trabajo.
Los Centros de Formación Técnica Estatales contribuyen desde su origen a la nueva carta de navegación. La ley que les crea les impone ser protagonistas del futuro de la Educación Técnica e incorporan en sus desafíos la adherencia al Marco de Cualificaciones TP, la Articulación de trayectorias formativas, la calidad y mejora continua de sus procesos y finalmente la contribución a los ejes estratégicos de desarrollo en cada una de las regiones donde se ubican, haciendo carne cada uno de los ejes de la ENFP.
Las condiciones para el desarrollo de la educación técnica en Chile jamás han sido tan favorables como hoy. Sin embargo, es necesario capturar estas oportunidades con trabajo articulado, con un propósito común y perspectivas de mediano y largo plazo, transitando de las políticas de gobierno a las políticas de estado, reconociendo todas las fortalezas de un subsistema Técnico Profesional de provisión mixta que evidencia elevados niveles de empleabilidad en sus egresados.
