Por Camilo Gómez
Abogado
Tal es el caso de la sustentabilidad, palabra que junto a sostenibilidad se leen y escuchan bastante, pero que en el fondo no siempre logran tomar forma en una idea clara de qué es lo que se quiere lograr cuando se habla de esto.
Principalmente, entenderemos por sostenibilidad al hecho de desarrollarse utilizando los recursos que tenemos hoy, pero cuidándolos para que las próximas generaciones puedan disfrutarlos igualmente. Así, la protección del agua, los bosques, las especies y la salud en el contexto del desarrollo económico y social resultan fundamentales.
Para analizar esto, debemos identificar los problemas ambientales que tenemos y, si bien son variados, podemos de manera inmediata identificar tres principales: acceso al agua, protección del suelo y la contaminación.
Respecto al agua, resulta fundamental la protección de nuestros recursos hídricos por un lado y, por el otro, asegurar el acceso al agua. Para ello se necesita fiscalizar el uso que se le da al agua, la protección contra la contaminación y planificación territorial, para que los vecinos del campo y la ciudad puedan tener asegurado el acceso a este básico recurso, tanto para su consumo personal como para las labores productivas. De allí que resulta especialmente importante el rol de los APR y que las autoridades cooperen con acelerar los trámites para contar con todas las organizaciones de agua potable rural que sean necesarias para satisfacer la demanda hídrica.
Por otro lado, para la protección del suelo se requieren medidas que mitiguen el impacto de la industria forestal en nuestros territorios, propuestas de reforestación y recuperación de suelos degradados, así como estrategias para incentivar espacios de conservación y economías sustentables; mejorando la ganadería y agricultura con mejores tecnologías y, por supuesto, abriendo espacios de participación ciudadana para poder construir junto a la comunidad las estrategias de desarrollo local.
En tercer lugar, y respecto a la contaminación, resulta fundamental pensar desde lo más pequeño a lo más ambicioso en términos de descontaminación. Desde el acceso a más contenedores y mayor frecuencia de retiro de basura en los sectores rurales, reducción y tratamiento de residuos domiciliarios, hasta planificación efectiva de fiscalización de contaminación industrial en nuestros ríos y entornos o un plan de descontaminación para la comuna que permita mejorar la calidad del aire en los meses de invierno. Todo esto ciertamente con una perspectiva respetuosa de la cultura y la capacidad económica de nuestros vecinos, para no cometer errores como querer privar a la gente del uso de leña sin ofrecer alternativas más económicas, eficientes y de fácil acceso.
Todo lo anterior implica un trabajo muy minucioso y, ciertamente, que no se dará de un día para otro, pero se requieren autoridades y funcionarios con la consciencia de que el trabajo que se realiza debe contener una visión de futuro sostenible. Esto, en un contexto mundial que nos obliga a aquello, pues todas esas cosas de las que se hablaban que vendrían con el cambio climático son ya una realidad que se vive en nuestra comuna y hacer oídos sordos, solo hará más difícil tomar decisiones después. Por eso es importante seguir construyendo juntos La Unión del mañana.
















