Escrito por Sergio Florín
Un 18 de diciembre de 1921 nació en Santiago, Ricardo Preisler Junginger, querido y reconocido vecino, escritor, historiador y filántropo que vivió en La Unión desde muy joven. Previo a su llegada a esta ciudad, sus padres, siendo él un niño, se afincaron en Frutillar donde estudió hasta los 18 años.
Su infancia no fue fácil, su primer par de zapatos lo tuvo recién a los 14 años con motivo de su confirmación. Los dos primeros años de sus estudios primarios los hizo en una escuela pública, y luego la Escuela Alemana de Frutillar lo invitó a él y a sus hermanos a continuar allí a cero costo, como una atención por descender de una familia alemana, allí estuvo los siguientes años hasta cursar la sexta preparatoria.
Con el correr de los años y con una situación económica ya estable, un buen día regresó al establecimiento educacional y preguntó el valor mensual actual de la colegiatura, cifra que multiplicó por los años en que se le educó gratuitamente como un gesto de caridad, para extender luego un cheque por la suma total, quedando perplejo el director, pues nadie había hecho algo similar, en definitiva demostró una vez más su altruismo, al pagar toda la educación que le brindaron, un ejemplo que muy pocos pueden exhibir.
Ricardo Preisler comenzó a trabajar cuando era un adolescente y su primera actividad fue la de junior en el Molino Grob de La Unión, hasta llegar a ocupar el cargo de subgerente en una de las, otrora, empresas más prestigiadas del sur de Chile.
Puntualizando algunos antecedentes de su vida laboral podemos agregar que, con 25 años retornó a Frutillar a cargo del molino que la empresa había adquirido allí; posteriormente se trasladó a La Serena, donde durante un año estuvo a cargo de la distribución de la harina en el norte. Tenía 28 años cuando le ofrecieron la subgerencia, cargo que aceptó y ejerció por 26 años, al lado del gerente del Molino Grob de La Unión, don Juan Fischer.
Ricardo Preisler Junginger, contrajo matrimonio con Lilo Krestzchmar y son padres de un hijo, Heinz.
RECONOCIMIENTOS
Tras jubilar, canalizó su preocupación en varias instituciones, lo que generó el reconocimiento de todos los sectores, por su capacidad de gestión y la identidad que mantuvo con La Unión, “mi ciudad”, como siempre afirmó enfático.
Todo ello le valió que fuera declarado en 1997 “Vecino Distinguido”, y más tarde, “Hijo Ilustre” en 2006. También recibió muchos reconocimientos: del hospital local, de la Sociedad propietaria del Colegio Alemán, donde fue presidente, secretario, tesorero, y administrador, y del Club Alemán, entre otros.
Reafirmando uno de los reconocimientos recibidos del hospital local, vale la pena recordar que, ordenó pintar en el año 1987 nada menos que todo el edificio e instalaciones del Hospital Dr. Juan Morey, y como si fuera poco, añadió al desafío las dos cuadras de pandereta de cemento que circundan el recinto asistencial y se encontraban muy dañadas por diversos rayados; aún guardaba la nota de agradecimiento del médico director de la época Dr. Raúl Riquelme.
Después del terremoto de 1960 lideró la llegada de los recursos, aportados por una fundación alemana para construir el nuevo edificio del Colegio Alemán.
Fue además, integrante del Cuerpo de Bomberos ingresando a la Primera Compañía “Germania” en 1943, sirviendo allí por varios años hasta su retiro por razones de tiempo, desempeñando el cargo de tesorero de compañía. También del Club Aéreo, tenía nítidos recuerdos de la inauguración de la cancha de aviación que existió al sur de la ciudad donde hoy está la población El Maitén y conjuntos habitacionales aledaños. En el deporte, específicamente en el fútbol, integró La Unión Fútbol Club, y esto no paraba allí, porque también fue parte del Consejo Económico Social.
Financió de su propio peculio el sistema de alcantarillado del modesto “Callejón Mundaca” y reunió los recursos para financiar el pintado de la Escuela de Cultura y del templo católico, cuando no existía manera de financiarlo por otros medios. Siempre en el ámbito de la pintura, una vez más por su propia iniciativa, entregó un toque de color al pintar la puerta y tapa de la única ventana que tenían 150 mediaguas de emergencia que el gobierno de la época construyó en el que fuera el terreno del Club Aéreo y que fue vendido para fines habitacionales, donde hoy están todas las viviendas del populoso sector El Maitén.
Don Ricardo, fue poseedor de decenas de reconocimientos y notas de agradecimiento, entre ellos recibió la medalla Carlos Andwanter en 1972. En el año 2008, fue galardonado por el Consejo de la Cultura y las Artes de la Región de Los Ríos como Patrimonio Vivo de la Región, etcétera.
VIAJES
Al revisar su larga vida, los nombres, fechas y situaciones anecdóticas van apareciendo con asombrosa rapidez, como el viaje a La Serena en un Ford 28, el año 1946, cuando todos los caminos eran de ripio, junto a sus hermanos demoraron una semana en recorrer los más de mil cuatrocientos kilómetros, claro que el auto se quedó en el norte y se devolvieron en bus, además de los constantes viajes a Valdivia y Osorno en bicicleta que él realizaba.
Recorrió todo el país de sur a norte, luego hizo cinco viajes a Alemania, otros a Estados Unidos, a países de América y Asia, lo que conforma parte de sus experiencias y recuerdos.
Ascendió el volcán Osorno y fue elegido el año 1962 como el “Mejor Empleado de Chile”. Don Ricardo, se consideraba una persona feliz, vivió y sintió el cariño de toda la comunidad, y su secreto fue siempre estar activo.
INVESTIGADOR Y ESCRITOR
También destacó como investigador y escritor del pasado de la comuna de La Unión. Escribió desde siempre, de hecho tuvo por años una columna en el Diario Austral de Valdivia, y recopiló todos los hechos que consideró importantes para la comuna de La Unión, lo que se concretó el año 2007, con la edición de un libro con la Historia de La Unión desde el año 1792, texto que tuvo muy buena acogida y es de consulta para cualquier actividad relevante de la historia de la ciudad.
Pero eso no termina ahí, siguió trabajando para actualizar los más de diez años siguientes en la vida de la ciudad y cuyo texto esperaba ver la luz en miras al bicentenario de la comuna en 2021 y que no alcanzó a concluir, pues este miércoles 05 de febrero de 2020 a las 13:10 horas, el querido y muy bien ponderado Don Ricardo Preisler Junginger, cerró sus ojos para siempre.