Por Camilo Gómez
Abogado
Cuando hablamos de identidad local siempre ataca la nostalgia por el pasado industrial de La Unión. Como prosperaba la comuna a la sombra de estas grandes empresas que, en un par de décadas, fueron desapareciendo hasta quedar solamente Colun como último representante de aquella época dorada.
Sin embargo, vivir de la nostalgia no es sano, bien lo saben quienes han perdido un amor. La madurez nos indica que lo mejor que intentar es pensar qué podemos hacer con nuestra vida tras el desamor y con nuestra comuna tras ese pasado industrial. Así, construyendo una nueva identidad para la comuna podemos empezar a desarrollarnos otra vez, darnos la oportunidad de amar otra vez, amar a nuestra comuna como un espacio en el que podemos crecer y desarrollarnos como comunidad.
Cuando, como unioninos, realizamos la consulta ciudadana hace ya más de un año, preguntamos cuál era la vocación productiva de nuestra ciudad y era interesante notar que los vecinos apuntaban a dos grandes nichos de desarrollo: La labor silvoagropecuaria y el turismo.
Esos dos caminos pueden construirse y potenciarse unos a otros, la agricultura y la ganadería poseen cada vez más tecnologías y con el trabajo de emprendedores locales que investigan y desarrollan sus propias estrategias para aumentar su productividad y la calidad de sus propuestas, pueden llenar de oportunidades de crecimiento y trabajo para una comuna que anhela poder recuperar esa fuerza laboral de las décadas pasadas.
Desde el punto de vista del turismo nuestra comuna tiene valores únicos: el lago, sus ríos y su costa, pueden ser una ruta turística de ensueño para chilenos y extranjeros que quieren conocer una naturaleza envidiable. Y si de cosas únicas hablamos, el poner en valor nuestra cordillera de alerces y el Gran Abuelo construyen una oportunidad única de construir identidad. Si trabajamos junto a los emprendedores del turismo local y damos fuerza a sus ideas, podemos pensar una vez más en una ciudad que salga en los letreros de la carretera, cuestión que hoy no sucede y nos hace sentir una comuna olvidada.
Ciertamente, no podemos olvidar la necesidad de fomentar la cultura, son nuestros artistas los que generan los elementos de identidad que darán a La Unión su nueva forma, como una comuna que renace de su propia historia para mostrar su infinito potencial a todo el mundo. Escritores, pintores, fotógrafos, arquitectos, bailarines, actores, artesanos y cultores de las más diversas disciplinas dotan de alma a la comuna y son la vanguardia de lo que esperamos en este largo proceso de transición que nos dejó la caída industrial.
Por eso hablamos de trabajar Construyendo Juntos, porque entendemos que todos tenemos algo que decir y aportar a la construcción de identidad comunal, que nos ayude en el camino de salida a esta crisis, para que nos sintamos más unioninos, más orgullosos de nuestra tierra sabiendo que en ella descansan la historia, la naturaleza y, sobre todo, los anhelos de muchas generaciones que han trabajado duro por dar forma a La Unión y convertirla en un refugio y un hogar.












