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Mujeres que impulsan equidad y desarrollo comunitario en la gestión del Agua Potable Rural en Los Ríos

En la comuna de La Unión, mujeres rurales han asumido un rol protagónico en la administración de los Comités de Agua Potable Rural (APR), enfrentando con liderazgo los desafíos de acceso, gestión y sostenibilidad del recurso hídrico. Sus testimonios reflejan el compromiso de las comunidades por avanzar en equidad e inclusión social en un ámbito vital para la vida. Este reportaje forma parte del proyecto “Agua y comunidad: el rol vital de los Comités de APR en la Región de Los Ríos”, financiado por el Fondo de Medios de Comunicación Social 2025 del Gobierno de Chile y del Consejo Regional de Los Ríos.

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En los sectores rurales de La Unión, el acceso al agua potable sigue siendo un desafío cotidiano. Sin embargo, detrás de los proyectos, las gestiones y las esperas, hay rostros femeninos que no se rinden. Son mujeres que han aprendido a lidiar con la burocracia, la lentitud institucional y la falta de apoyo técnico, pero también con la esperanza de ver concretado un anhelo que lleva décadas: el agua corriendo en cada hogar de su comunidad.

Doris Salgado Cadagan es una de ellas. Presidenta del APR Daglipulli, Chaquián, Tres Ventanas y Centinela, lidera un sistema que beneficiará a más de 350 familias rurales distribuidas a lo largo de 20 kilómetros de extensión. “Nuestra primera gestora fue una mujer, la señora Silvia Moreira, quien inició el tema del APR. A mí me tocó seguir como presidenta, y hoy son cuatro los comités que están bajo esta administración”, relata con orgullo.

El proyecto que encabeza ha tenido un largo camino de espera. “Recién este año nos entregaron el diseño del APR de Daglipulli, Chaquián, Tres Ventanas y Centinela, y eso llevó un estudio de más de 10 años. Se demoró tres periodos de presidentes hasta que ahora, finalmente, se hizo la entrega”, explica. El esfuerzo comunitario, dice, ha sido constante y paciente, pero la falta de apoyo de algunos organismos públicos ha sido una traba. “Aquí hay que saber dónde tocar las puertas y hacerlo en conjunto con el alcalde, porque si tú vas solito, a ciegas, sin respaldo, no llegas a ninguna parte”, afirmó.

Gestión, liderazgo y la necesidad de hacerse escuchar

Para Salgado, el proceso de gestión en los APR ha sido una escuela de perseverancia. “En el mundo social todo es más rápido; acá, en el agua, todo se vuelve más lento. Hay que insistir, volver a escribir, ir a las reuniones, presionar. Porque muchas veces las decisiones dependen de cargos políticos, no de gente que conozca el tema, y eso frena los avances”, sostiene.

Su experiencia como dirigente le ha permitido comprender que el trabajo por el agua es mucho más que una labor técnica: es un compromiso humano y social. “El tema del agua es algo vital, que todos necesitamos. No se puede esperar. Cada día hay más vecinos porque los sectores rurales se están poblando. Nosotras, las mujeres, somos las que estamos en la casa, las que necesitamos el agua para el consumo básico, para el lavado, la crianza. Por eso nos involucramos tanto”, dice con convicción.

Además, la dirigenta reconoce que el apoyo municipal ha sido clave para mantener vivo el proyecto. “Con la nueva administración de don Saturnino Quezada se envió una carta a la senadora María José Gatica, presidenta de la Comisión de Obras Públicas, solicitando que se considere el financiamiento del proyecto en el presupuesto 2026. Ahora estamos esperando respuesta”, señaló.

“En la administración anterior también se nos ayudó: se entregó en comodato un terreno de 1.900 metros para instalar la copa de agua y se gestionaron otros 477 metros adicionales para nuestra sede. Eso se agradece, porque son pasos concretos”, agregó.

Salgado enfatizó que los proyectos deben planificarse con visión de futuro, porque el crecimiento poblacional rural continúa. “Hoy tenemos 356 arranques, pero pronto necesitaremos 300 más. Durante los 20 años que hemos estado esperando el agua, mucha gente ha vuelto al campo, se han hecho parcelaciones, y la demanda crece. No podemos seguir postergando un derecho básico”, aseguró.

Entre la paciencia y la fuerza femenina

El liderazgo femenino, dice Doris, ha sido un motor fundamental en los APR. “No he tenido problemas con los colegas hombres. Al contrario, nos apoyamos. Pero es cierto que las mujeres somos las que más insistimos, las que apretamos cuando las cosas no avanzan. Hay que presionar, hay que ir a los encargados, llevar documentos, exigir respuestas. Las palabras se las lleva el viento; lo que vale es la gestión”, comentó.

Y aunque reconoce la complejidad del proceso, no pierde el ánimo. “Este es un desafío grande y a veces complicado, pero hermoso también. Saber que estás ayudando a tu comunidad, que estás gestionando algo tan esencial como el agua, da sentido a todo el esfuerzo”, expresó emocionada.

Otra mirada desde La Unión: Teresa Uribe y la constancia silenciosa

En otro punto de la comuna, Teresa Uribe Ojeda también lidera un APR con historia. Es presidenta del Comité de Agua El Campeón San Javier, que abastece a 148 familias y tiene capacidad para 170 conexiones. Su trabajo, más silencioso pero igualmente comprometido, ha garantizado estabilidad y funcionamiento continuo del servicio.

“Estoy participando desde el 2008, primero como tesorera, y este año fui electa presidenta por la asamblea. Es un trabajo de amor al prójimo, porque los dirigentes no somos remunerados, pero sí hacemos un trabajo social para la comunidad”, señaló Uribe, quien valora la participación de los vecinos y la constancia de su equipo. “Gracias a Dios, aquí el servicio ha funcionado bien en todos los aspectos”, dijo con satisfacción.

Su historia, al igual que la de Doris, refleja una misma esencia: la del compromiso comunitario, la vocación social y la fuerza de las mujeres rurales de La Unión, que han convertido la gestión del agua en un símbolo de organización, solidaridad y empoderamiento.

El agua como símbolo de equidad y desarrollo

Los testimonios de ambas dirigentas muestran cómo la gestión del agua rural se ha convertido en un espacio donde las mujeres han roto barreras tradicionales. Desde la provincia del Ranco, su trabajo no solo garantiza el acceso a un recurso vital, sino que también fortalece la cohesión social, fomenta la participación y proyecta un modelo de liderazgo inclusivo para toda la Región de Los Ríos.

El proyecto “Agua y comunidad: el rol vital de los Comités de APR en la Región de Los Ríos” busca precisamente visibilizar estas historias: mujeres que, desde el campo y con perseverancia, sostienen el funcionamiento de los comités, impulsan gestiones y hacen posible que el agua —bien esencial y símbolo de vida— llegue a cada hogar.

“Nosotras no pedimos nada imposible”, dice Doris Salgado. “Solo queremos lo básico: tener agua en nuestras casas. Porque el agua no es un lujo, es una necesidad, y cada mujer de campo lo sabe”, concluyó.

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