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Cuando la relación de pareja se transforma en un chantaje emocional

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Por Dr. Franco Lotito C.
Conferencista, escritor e investigador (PUC)

De acuerdo con las investigaciones de la Dra. Susan Forward, aquellas personas que utilizan la táctica del chantaje emocional en sus relaciones de pareja, suelen ser sujetos posesivos, inseguros, controladores y agresivos, que tienden a hacer sentir culpables a los demás. Lo que hacen estos sujetos, es valerse del miedo y la culpa para manipular a sus parejas, ya sea que se trate de una mujer o de un hombre.

El chantaje emocional consiste en “presionar a la pareja para que actúe, diga o piense de una determinada manera”, aunque vaya en contra de la voluntad y deseos de la persona chantajeada. A raíz de lo anterior, hay que tener presente lo siguiente: si su pareja lo que hace es sólo “tirarle en cara” sus defectos, lo mejor es comenzar a buscar la forma de alejarse de este sujeto lo antes posible, ya que esta persona está tan ocupada en encontrar los defectos que nunca tendrá tiempo para hacerle ver todas las virtudes y fortalezas que usted tiene.

Algunas frases típicas de estos individuos son las siguientes: “Si me dejas, mi vida no tiene sentido”, “Sin ti, no soy nada”, “Si cruzas esa puerta y me abandonas, me mato”, “Si continúas con lo mismo, te haré la vida un infierno”, etc.

Las consecuencias que tiene este tipo de chantaje emocional sobre la relación de pareja son variadas y logran que aquel vínculo que debería estar basado en el afecto y en el amor, se convierta en una relación agresiva, malsana y llena de rencores.

En función de lo que señala la Dra. Susan Forward en su libro “Chantaje Emocional”, existirían cuatro perfiles clásicos del “chantajista emocional”, quienes utilizan diversos métodos y estrategias a fin de conseguir lo que quieren, basados en el hecho de que estos sujetos conocen los puntos débiles y más vulnerables de las personas que los rodean. Revisemos estos perfiles:

1. “El chantajista castigador”: sus armas preferidas son la amenaza y el castigo. Estos individuos dicen a sus parejas exactamente qué es lo que quieren de ellas, señalando las consecuencias en caso de no responder a sus demandas.

2. “El chantajista provocador”: sus métodos preferidos son la persuasión y las promesas, ofreciendo a su pareja obsequios, regalos y muchas promesas –que nunca cumple–, pero a cambio exige que se acate su voluntad y sus exigencias.

3. “El chantajista autodestructivo”: sus armas preferidas son la autoflagelación y la intención de provocar sentimientos de culpa en su pareja. Este tipo de sujeto amenaza con hacerse daño a sí mismo(a), si es que no se hace lo que quiere.

4. “El chantajista que se hace la víctima”: su estrategia es causar sentimientos de compasión en su pareja, aparentando una suerte de falsa timidez, ya que se muestra ante los demás como persona indefensa, buscando que la pareja adivine qué es lo que desea y que se sienta responsable de satisfacer las exigencias.

Se ha identificado un quinto perfil llamado el “chantajista agresivo”, quién resulta ser uno de los más peligrosos, por cuanto, los rasgos y características de su perfil deberían indicarle a la pareja la necesidad de abandonar cuanto antes a este tipo de individuos, a raíz de las siguientes nefastas cualidades: 1. Es autoritario, rígido e inflexible, pero exige a los demás perfección. 2. Es prepotente y abusa de su poder y de su aire de superioridad. 3. Controla a su pareja a través de la manipulación directa. 4. Es incapaz de reconocer sus errores. 5. Proyecta en los demás sus propios defectos. 6. Muestra tendencia a justificar todas sus acciones utilizando diversos pretextos o bien, culpando a otros.

Hay que tener en cuenta, que cuando se utiliza el concepto “manipulación”, esto se manifiesta “a través de factores tales como: el sexo, los hijos, el dinero, el uso de la violencia y la generación en el otro de emociones negativas, como la culpa”.

Cuando se analiza más de cerca el significado de estos factores, se advierte lo siguiente:

1. Cuando se usa el sexo como pretexto de manipulación, lo que hace el chantajista es negárselo a su pareja, siendo las mujeres las que más usan este “método” como forma de control y manipulación.

2. Cuando el tema gira en torno al dinero, lo que hace el chantajista es restringirlo o no darlo a la pareja, a menos que reciba a cambio lo que quiere o lo que anda buscando.

3. Cuando se trata de los hijos, lo que hacen, es usarlos para ponerlos en contra de la pareja, o también –en el caso de las mujeres– para obligarlos a quedarse en casa.

A final de cuentas, la razón para estar juntos ya no gira en torno al amor, sino que en definir en esta guerra sin cuartel, quién controla el poder en la relación, siendo frases tales como “Tú eres el causante de mi infelicidad” o “Hay muchas otras personas afuera que me darán lo que tú no me das”, las más suaves en una relación que se ha vuelto tóxica.

Cuando se ha instalado el chantaje emocional en la pareja, es poco probable que las personas se den cuenta del gran daño que ello les está provocando, ya que el vínculo afectivo se vuelve frío, opresivo, distante, agresivo y poco satisfactorio, derivando esta situación en lo que se ha dado en denominar como la “guerra de parejas”, donde abundan las discusiones, las amenazas y los tira y afloja para ver quién gana o pierde en cada pelea.

Lo que nadie parece haberles dicho, es que en esta contienda de pareja ambos pierden por igual, y si hay hijos de por medio, la situación es aún mucho peor.

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