Por Alejandra Bartsch Carvallo
Directora Regional de INDAP Los Ríos
Cada 15 de octubre conmemoramos el Día Internacional de las Mujeres Rurales, una jornada que nos invita a mirar con orgullo y compromiso el enorme aporte de las mujeres del campo a la vida y al desarrollo de nuestro país. Ellas son productoras, cuidadoras, emprendedoras, guardianas de la tierra y del conocimiento ancestral; pilares fundamentales de la Agricultura Familiar Campesina e Indígena.
El 2025 es un año de avances, de cumplir los compromisos del Gobierno del Presidente Gabriel Boric con las personas. Estamos mejorando la vida de las familias chilenas, entregándoles más seguridad y bienestar, con medidas concretas como la reforma a las pensiones, el Sistema Nacional de Cuidados o el copago cero en salud. En ese marco, desde INDAP reafirmamos nuestro compromiso con un desarrollo rural más justo, inclusivo y sostenible, donde las mujeres y jóvenes sean protagonistas.
Porque el rostro del campo chileno es, cada vez más, el rostro de una mujer. Mujeres que se levantan temprano para trabajar su tierra, que enfrentan las dificultades con esfuerzo y creatividad, y que están transformando la ruralidad en un espacio de oportunidades.
Un ejemplo concreto es el Programa Mujeres Rurales, ejecutado por INDAP y PRODEMU, que desde hace más de tres décadas impulsa la autonomía económica y el empoderamiento personal de las mujeres del campo. Este año, más de 3.000 agricultoras participan en el programa, que además aumentó su incentivo anual a $500.000, un 43% más respecto a 2022.
Los resultados hablan por sí solos: según un estudio del Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (Rimisp), el 68% de las mujeres aumentó sus ingresos, la producción de sus unidades pasó del 33,4% al 89,6%, y la mayoría declara sentirse empoderada y satisfecha con los resultados.
Son cifras que reflejan un cambio profundo. Mujeres que aprendieron a ponerle valor a su trabajo, a liderar sus emprendimientos, a asociarse y a innovar en prácticas productivas sostenibles.
Invertir en mujeres rurales es invertir en el futuro del campo chileno. Significa promover igualdad, fortalecer la economía local y asegurar la continuidad de la vida rural con dignidad. Desde INDAP seguiremos acompañando y apoyando a cada mujer que siembra con esperanza, que transforma su entorno y que demuestra que el desarrollo rural con perspectiva de género es una meta alcanzable.
Hoy celebramos a esas mujeres que cultivan no solo alimentos, sino también derechos, autonomía y comunidad. Ellas son la fuerza que mueve la tierra y el alma de Chile.