En octubre se inaugura exposición “Lago Ranco Williche, grabados de la Memoria”

El viernes 17 de octubre a las 18:30 hrs. en dependencias de la Corporación Lago Ranco, ubicada en calle La Serena 199, comuna de Lago Ranco, se inaugurará la propuesta artística compuesta por un conjunto de diez obras realizadas en técnica de grabado en xilografía a cargo del artista ranquino Antü Antillanca.

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La exposición estará disponible para ser visitada de forma gratuita durante octubre y tiene como objetivo gestar un proceso que contribuya a la preservación de la memoria cultural mapuche williche a través de las artes gráficas a la vez de visibilizar la cosmovisión local, fomentar el diálogo intercultural y la innovación artística mediante el grabado como medio para revivir relatos ancestrales de forma contemporánea.

Antü Antillanca, ruralidad y producción artística

Antü Antillanca es un artista mapuche williche que nace en la comuna de Río Bueno, pero cuya crianza, infancia y crecimiento se desarrolla en la zona rural de Ilihue, a 4 kilómetros de Lago Ranco hacia la cordillera. Proviene de una familia antigua del territorio, descendiente de Juana María Huequelef Antritray, propietaria del Lof Ilihue, uno de los siete Rewes del Aylla Rewe de Lago Ranco, forma de estructura social, organización sociopolítica, espiritual y territorial williche que reivindica. Nace en una ruralidad profunda de la cual es consciente con el pasar de los años, a la vez que dimensiona formaba parte del territorio williche. Lo resalta en sus palabras, señalando: “Reafirmo que soy ruralidad, soy mapuche williche y, por los devenires de mi historia personal, hoy me dedico al arte”.

Sus primeros acercamientos con el mundo artístico surgen a temprana edad, pues expresa que tuvo la fortuna de crecer en un patio de 14 hectáreas junto al cerro, el lago, la playa, los árboles y la fauna local, explorando con materialidades como el barro y la madera. A su vez, adquirió conocimientos mediante la observación del uso que sus tías, tíos y abuelos realizaban de la madera para resolver sus necesidades cotidianas, como el tallado de bateas y tinajas para el uso comunitario, indicando:

“Crecí, de alguna manera, en un taller: veía procesos como la elaboración de chicha de manzana, desde la recolección de la fruta —o incluso antes, el cuidado y la poda de los árboles—, y cómo se cuidaba que los animales no entraran a la quinta, esto era un laboratorio, un taller. Desde la infancia sentí mucha curiosidad: hay una escena que siempre atesoro, cuando vi a mi abuelo —o a uno de mis tíos— que, con una pita y un clavo, hizo una circunferencia muy rápida y perfecta. Me pareció magia; me impregnó la idea de que se podían hacer cosas tan perfectas con materiales tan simples”.

El artista relata que su paso por la escolarización no fue fácil: “No me iba bien según los parámetros y lógicas de lo que se enseñaba; no encajaba en ese espacio. Siento ese período como una etapa que me alejó del arte. Lo retomo y vuelvo a apreciarlo en la enseñanza media, con el taller de pintura, donde comienzo a volcar mis inquietudes de adolescencia”. Cursa estudios de Diseño Gráfico en Osorno, lo que señala como etapa de múltiples desafíos y aprendizajes, pero también de choques culturales entre la academia y su expresión como artista mapuche williche.

Con el pasar de los años, en 2011 realiza su primera exposición en Lago Ranco; luego, en 2013 participa de la residencia para comunicadores indígenas organizada por CLACPI, la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas, donde se vincula profundamente con la perspectiva indígena en la comunicación. En 2014 se integra al equipo coordinador de Ficwallmapu, Festival Internacional de Cine y las Artes Indígenas, donde fue el encargado de generar y posicionar una línea gráfica conectada con el territorio. Allí también coordinó la exposición de arte de mujeres indígenas Fillke en 2018 y, en 2023, la muestra Witxalmapu: Imaginarios y Visiones Porfiadas. Ocho años de arte gráfico en Ficwallmapu.

A nivel internacional, participó en la organización y creación gráfica de Folil Trafün – Encuentro de Raíces (2023) en Canadá, organizado por el Centro Cultural Latinoamericano y la Facultad de Silvicultura de la University of British Columbia. “Dialogar con otros pueblos —sobre arte, creación y diseño— me nutrió; salir de mi territorio me marcó profesional y humanamente”, indica.

Grabados de la Memoria: arte por la defensa del territorio

Para 2025, el artista presentará en el lugar que le vio crecer, la exposición “Lago Ranco Williche, Grabados de la Memoria”, propuesta que surge como una forma de resguardar la memoria territorial, aspecto que ve como urgente para la defensa del territorio señalando: “No hablo desde mi individualidad cuando me refiero a esta urgencia, sino desde una lectura colectiva de quienes nos pensamos y situamos como personas mapuche williche. En los trawün/encuentros nos permitimos decirlo: es urgente tomar medidas concretas para resguardar nuestra memoria”.

Lo anterior es reforzado por Gemita Rivera Illesca, educadora tradicional de Lago Ranco quien indica: “Este proyecto no son simplemente imágenes en grabado, son ventanas que nos permiten llegar hacia todos los relatos, las costumbres y, lo más relevante, que los estudiantes se conecten con lo que ellos son, con su territorio y el legado de sus antepasados. Es una iniciativa primordial: el arte es la vida, nos posibilita realmente profundizar en lo que somos y en el camino que cada uno puede continuar”.

Grabados de la Memoria busca dejar un registro que pueda ser decodificado por futuras generaciones, un relato plasmado en un objeto físico y tangible, que se concreta en una serie de diez grabados, cada uno con un relato importante del territorio, la cuenca de Lago Ranco, entendida como el Aylla Rewe: el espacio de organización ancestral que el artista valida y reivindica en su dimensión política, espiritual, de usos y costumbres.

Sobre ello, Antü expone: “Mi trabajo es mapuche-rural, así me autodefino porque el circuito artístico mapuche se concentra mayormente en lo urbano. No es una crítica a dichas expresiones, sino la necesidad de visibilizar la brecha en los accesos y posibilidades entre campo y ciudad dentro del arte mapuche, y preguntarnos qué lógicas sostienen esa disparidad cuándo hablamos de la gente de la tierra. Grabados de la Memoria es un trabajo artístico íntimo y personal, y es maravilloso poder volcarlo en una clave propia y a la vez, colectiva”, puntualizó.

Puede seguir de cerca la obra de Antü en su Instagram @antuantillanca

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