Cecilia Pérez, una de las funcionarias del establecimiento, explicó que “desde que pasamos a ser traspasados, partimos con problemas primeramente con el tema de nuestras remuneraciones. Hay colegas que no le están pagando sus horas de contrato, están pagando la mitad, hay diferencia entre lo que se deposita y lo que dicen las liquidaciones. Esta situación se arrastra desde marzo, somos alrededor de 13 funcionarios afectados”.
A las dificultades administrativas se suman serias falencias en el traslado de los estudiantes, muchos de ellos provenientes de zonas rurales con escasa conectividad. “La problemática es que no hay asistentes para apoyar en el traslado”, indicó Pérez, añadiendo que las familias han planteado propuestas al SLEP sin obtener respuesta: “Ellos están pidiendo que se les tomen medidas, también han hecho propuestas al SLEP y a su equipo para que se les considere y se busque una solución, pero no han tenido respuesta”.
Respecto a la infraestructura, Pérez relató que “hace alrededor de dos años más o menos, un año y medio, se hicieron mejoras en el establecimiento […], las ventanas pasan todo el agua, se pasa completa, hay una piscina. Las combustiones también se pasan. Las salas de profesores, hay goteras en una sala de recursos”. Además, algunos materiales se han deteriorado debido a la humedad, impidiendo su uso.
La escuela actualmente atiende a 57 estudiantes. Ante la falta de soluciones, la comunidad decidió iniciar una toma del recinto. “El malestar al final resultó en la toma, que igual es una manifestación pacífica hasta el momento, pero para hacer notar el malestar y poder hacer un poco de presión y que se visibilice la situación”, afirmó la funcionaria.
La movilización se mantendrá “hasta que hayamos tenido respuestas concretas y soluciones que sean rápidas para nosotros, que dejen también tranquila a la familia y aseguren el bienestar de los niños”.