Marcos Inzunza Riquelme nació el 27 de septiembre de 1920 en Afquintué, comuna de Loncoche. Desde muy joven, mostró una fascinación por los trenes, la cual marcó su vida y carrera. En 1938, a los 18 años, se unió a Ferrocarriles del Estado, donde comenzó trabajando en el área administrativa en Valdivia y luego se convirtió en maquinista, una posición que ocupó con orgullo y dedicación durante 27 años. Fue conocido cariñosamente por sus compañeros como “Manos de seda” por su habilidad para manejar y frenar los trenes con suavidad.
Durante su destacada carrera, Marcos trabajó en diversas locomotoras, incluyendo la emblemática “Locomotora 620”, la última locomotora a vapor utilizada en la red del sur, la cual hoy es un monumento nacional. Su pasión y compromiso con el ferrocarril fueron reconocidos en múltiples ocasiones, especialmente por la Federación Santiago Watt, de la cual fue presidente, vicepresidente y tesorero.
Marcos fue también un hombre de familia. Contrajo matrimonio con María Luisa Vera en 1942, con quien tuvo siete hijos: Marcos, Luisa, Sonia, Hernán (fallecido a los 39 años), Sergio, Jaime y Jorge. Su legado familiar es extenso, con 25 nietos, 22 bisnietos y 2 tataranietos, destacándose muchos de ellos en diversas disciplinas como la ingeniería, la medicina, la música y el deporte.
En 2020, Marcos celebró su centenario rodeado de su familia, a pesar de las restricciones impuestas por la pandemia. Hasta sus últimos días, permaneció activo, manteniendo una rutina de ejercicios y dedicándose a la lectura y otros pasatiempos.
El velorio se está realizando en la Funeraria Bernardita y sus funerales se realizarán este martes 9 de julio de 9.00 a 11.00 horas.