Felipe Cañoles Cañoles
Profesor de Educación Física
Coordinador de Educación Escolar
La educación es uno de los pilares fundamentales para el desarrollo de una sociedad democrática y participativa. En este sentido, la participación ciudadana de los estudiantes es esencial para el fortalecimiento de una democracia que promueva valores como el diálogo, la tolerancia y el respeto por las ideas y opiniones de los demás.
Sin embargo, en la era de la desinformación y la polarización política, la participación ciudadana de los estudiantes se enfrenta a nuevos desafíos. La influencia de las redes sociales y la inteligencia artificial, así como el aumento del discurso de odio y la falta de veracidad en la información, pueden generar un clima de desconfianza y apatía en los jóvenes respecto a los procesos democráticos.
Por ello, es fundamental que las políticas públicas en educación se centren en fomentar la participación activa y crítica de los estudiantes en los procesos educativos y en la vida democrática del país. Es necesario que las escuelas y colegios promuevan espacios de diálogo, reflexión y debate que permitan a los jóvenes desarrollar su capacidad crítica y su capacidad para expresar sus opiniones y propuestas.
La participación ciudadana de los estudiantes no sólo es importante para la formación de ciudadanos responsables y comprometidos con su entorno, sino que también es esencial para el desarrollo de políticas públicas más justas y equitativas. Los jóvenes pueden aportar una mirada fresca y crítica a los problemas sociales y políticos, y su participación puede generar cambios significativos en la construcción de una sociedad más justa y solidaria.
Para lograr una mayor participación ciudadana de los estudiantes, es necesario que las políticas públicas en educación promuevan la formación de ciudadanos críticos, informados y comprometidos con su entorno. Esto implica la necesidad de fomentar la educación cívica y la formación en valores democráticos desde la educación inicial, así como la creación de espacios de participación y diálogo en los centros educativos.
En resumen, la participación y democracia estudiantil son desafíos importantes en la educación para la era de la desinformación. Es necesario que las políticas públicas en educación se centren en fomentar la participación activa y crítica de los estudiantes, promoviendo espacios de diálogo y reflexión que permitan a los jóvenes desarrollar su capacidad crítica y su compromiso con la sociedad. Solo así podremos garantizar una sociedad más justa, participativa y comprometida con los valores democráticos.












