sábado, abril 20, 2024

De la educación a distancia a la educación digital

Uno de los múltiples efectos que tuvo la pandemia, fue el rápido arribo de la educación a distancia. A más de ocho meses de implementada esta forma de enseñar –y de aprender- ya se sacan conclusiones que apuntan a que se ha podido llevar un año relativamente normal y velando con las herramientas disponibles para que los resultados de aprendizaje se cumplan de la mejor forma, a pesar de la resistencia inicial de muchos planteles educacionales.

Por Marco Tapia Mendoza
Académico Escuela de Economía y Negocios UCEN

Pero ¿Chile está realmente preparado para avanzar en la educación e-learning? En pleno auge de la pandemia, en el mes de junio, la plataforma Preply de aprendizaje en línea publicó el informe “¿Estás listo para el e-learning? Comparativa y estudio mundial”, a fin de conocer el potencial de diferentes países de la Organización de Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en materia de educación digital, en base a factores como accesibilidad a la educación en línea, accesibilidad a internet y ambiente del e-learning.  

Según el informe, Chile ocupa el lugar 27 de 30, siendo el primer país de Latinoamérica de la lista por sobre México, en un ranking liderado por Noruega. Algunas cifras para destacar: el 60,2% de los chilenos cuenta con un computador en sus hogares, la velocidad promedio de banda ancha es de 103,6 Mbit/s. En este ámbito, Chile se sitúa en el lugar 17° y existen proyectos de mejora como la llegada en un futuro próximo del 5G, lo que permitirá conexiones más veloces y estables.

Las universidades  han incorporado a sus ofertas 2021 cada vez más programas semi presenciales u online. Para muchas, es una puerta que recién se abre y que representa una manera de educar muy distinta de la tradicional: metodologías de enseñanza – aprendizaje diferentes, una vital importancia en la gestión del tiempo, hábito y autodisciplina para el estudio, la conectividad desde cualquier parte desde la comodidad del hogar, el mejor equilibrio entre la vida personal, el trabajo y los estudios, son solo parte de los cambios que también representan una oportunidad para la calidad.

Como país existen muchos desafíos para avanzar en educación a distancia, tales como contar con las capacidades básicas para aprovechar de mejor forma lo que se esté estudiando, mejorar los servicios de conectividad, y por cierto, favorecer la accesibilidad a computadores, tablets y artículos electrónicos, pero quizás el mayor de ellos sea superar el prejuicio y transformarse en autogestor del proceso educativo.

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