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Aprendizajes, entre la pandemia y la política

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Por Raúl Ampuero
Profesor doctorando en economía, experto en planificación y desarrollo económico territorial. Candidato Independiente A Primarias Alcalde La Unión.

Mientras el país y la ciudadanía nos abatimos con la incertidumbre de la pandemia y su rebrote, los acontecimientos continúan sin dar tregua y la población resiente con dolor e impotencia este devenir, especialmente la ironía de que la agenda política se ha tomado los noticiarios, radios y el boca a boca. Es extraño además porque la función pública es lejos la más denostada y criticada, pero eso es solo un dato de la causa.

El hecho cierto es que siguen los procesos políticos denostados y alejados de la gente como prioridad, donde en dicho mundo de burbujas, se discuten y negocian candidaturas de listas constituyentes, donde partidos de todo tipo sean estos de gobierno o de la oposición caemos en la dispersión y nos licuamos como conglomerados unitarios. Pero lo relevante es que desde nuestro espacio de oposición, cuyo desafío es generar las condiciones para poder realizar las reformas y cambios que las mayorías de las chilenas y chilenos reclamamos, requerimos inevitablemente generar consensos y acuerdos que nos permitan entender efectivamente cuales son las urgencias y la forma de enmendar rumbos para el bienestar de las grandes mayorías.

Este es el desafío de construcción que requerimos en estas horas, para con ello unitariamente lograr superar a las elites conservadores de la derecha neoliberal que tantos privilegios han logrado estos últimos 30 años, en detrimento de las mayorías

Esta situación de desmedro y agotamiento del gobierno tempranamente, generó las condiciones para encontrar en las futuras elecciones partiendo por la de elegir constituyentes, a las de asumir la conducción de las comunas y por cierto el país. En ese tránsito desde nuestra región de Los Ríos, no hemos estado ajenos al devenir de estos acontecimientos, por lo que el acento ha estado puesto en la definición para construir una nueva constitución y en lo inmediato, preocupado con las primarias convencionales para definir candidatos a Alcaldes. Donde originalmente, nuestra comuna de La Unión, fue un ejemplo nacional de madurez e interés público municipal, logrando un acuerdo, el más amplio existente, de toda la oposición unionina desde la DC al PC para acordar por un plebiscito convencional resolver un solo candidato de la oposición para enfrentar al oficialismo y su actual alcalde pro UDI.

Finalmente en la Unidad Opositora de La Unión, el diablo mete su cola, por decisión nacional de los partidos de Unidad Constituyente determinaron que todo Chile debe realizar dicho plebiscito en un solo día, esto es el domingo 20 del presente mes, desconociendo las realidades locales cuando no obstante nosotros líderes y dirigentes partidarios unioninos, por factor Cuarentena en fines de semana (etapa 2) habíamos acordado y firmado hacerlas por descarte el martes 22 del presente, y así asegurarnos y facilitar (gente del campo sin micros los fines de semana, entre otros aspectos) un incremento de votantes. La presión durante el día viernes, a los dirigentes locales y sus operadores, se transformó en un coro donde los dirigentes partidarios locales coreaban la partitura nacional que debíamos asumir el domingo 20, más allá de opiniones y acuerdos previos locales. Esto demuestra una de las muchas razones que tenemos como ciudadanía para estar en desacuerdo con las decisiones que asumen los partidos políticos, verdaderas practicas monolíticas, carentes de tacto y respeto por las decisiones locales nos hacen clamar por mayor autonomía y respeto a la diversidad cultural y local de cada pueblo y región del país.

De lo anterior, corolario, sumo dos aprendizajes personales, en esta corta y extraña campaña para lograr ser candidato a Alcalde de la oposición como independiente, entre medio de una pandemia mundial.

1ero.- Importante escuchar y actuar con humildad y empatía para con nuestras comunidades, en mi caso fue escuchar ¿Y quién es este, a quien le ha ganado, por qué viene? Al principio me sorprendí -como en mi ciudad, mis vecinos/as, me desconocían- decía yo, y después vi que desde lo público, estos 30 años, aparecer en la opinión pública era una afrenta a los poderes instalados en la región, antes solo con la familia, amistades y vecindario cercano no era importante, hoy en lo público casi un estorbo. Mi retorno a lo público, para muchos jóvenes y personas que llegaron a vivir a La Unión efectivamente es una buena y necesaria pregunta, además sirvió para gobernar mi ego y empatizar más con mi idealizado pueblo, así, poder por ejemplo escuchar y observar lo que quieren de verdad, sus anhelos y frustraciones, rabias, desencantos y sueños. Hoy, siento que nuevamente estoy como ayer, como ese muchacho líder juvenil de los Centros vacacionales para niñas, niños y Jóvenes de nuestros barrios, conversando con vecinas y vecinos, mirándonos a los ojos, sobre cómo hacemos para tener una Gran Ciudad y cual sería mi aporte con la experticia, trayectoria profesional, de redes de ciudades, sectores y conocimientos, para materializar y transformar nuestra comuna al 2030, en una Ciudad de Buen Vivir.

Y un segundo aprendizaje, es con la política dura y pura: Uno de los tópicos de cualquier discurso progresista, es la DESCENTRALIZACIÓN, de la cual, a mi parecer, tres componentes básicos son claves para lograrla: 1ero.- Sin duda, la reforma constitucional del Estado Centralista a uno de regionalización progresiva; 2do.- Mercados diversificados en territorios productores y empresas asentadas con sus casas matrices de bienes y servicios regionalizadas, dejando no solo su operación, sino también inversión, mejores empleos y tributación corporativas en los territorios;

3ero. Tan importante como los puntos anteriores, es la praxis de quienes se interesan en la acción pública, sean estos del sector privado y o de organizaciones sociales, fortalecer una cultura de descentralización como acción, que creamos y construimos realidades, desde los actores que son líderes y dirigentes en los territorios, que nos empoderemos, nos creamos en las capacidades para decidir, diseñar y ejecutar desde nuestras regiones lo que nos parezca que es mejor para nosotros y nosotras. Mientras eso no ocurra, seguiremos siendo una voz más del coro y peones del centralismo. que solo mira a las regiones y territorios como un bits o número más para ajustar sus intereses de un trasnochado centralismo, de un establishment que alimenta solo su agenda de smog capitalino, y que hoy son más infructíferas que nunca, ya que responden a un algoritmo o realidad de ayer, donde hoy se requiere reconocer que Chile con sus territorios tienen otra mirada, otras necesidades, otros y otras líderes, que exigen mayor protagonismo, que ya no piden permiso para hacer los cambios y transformaciones, de mejores oportunidades a las comunas y sus territorios, sino de forjarnos más temprano que tarde, mejores ciudades en seguridad, en dignidad social cultural, productividad, empleos dignos en armonía con la sostenibilidad ambiental, como plataforma básica de gobernanzas locales.

Y un bonus track, saludar a una tremenda mujer líder de la región, que hoy por hoy, no está en la papeleta de primarias convencionales de la oposición para elegir candidatura de alcalde por Valdivia, por incapacidad e intromisión de acuerdos centralistas. La comunidad valdiviana se pierde de una mejor y amplia competencia de la oposición. Seguro el coro y peones centralistas no estarán de acuerdo con mi apreciación.

Finalmente, yo, sigo acá de pre candidato Alcalde en La Unión, como independiente apoyado hasta ahora por los Progresistas y Ecologistas Verdes, para ser parte de este nuevo proceso y desafío que los territorios demandan, desafían y exigen, por ende debemos estar a la altura y con ello lograr mejores posibilidades y protagonismos de nuestras comunidades y regiones, la descentralización también existe y no se va a detener, de la cual soy parte de dicha causa justa. De aquellas y aquellos que luchan y sueñan con decidir desde nuestras ciudades y territorios, la soberanía para poder resolver adecuadamente, lo que mejor queremos y proyectamos con nuestros habitantes. Hoy, desafiarnos a soñar La Unión 2030, una Ciudad de Buen Vivir.

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