En las últimas semanas nos pudimos enterar por la prensa, en detalle, lo sucedido con los niños que se encontraban bajo protección del estado en el SENAME; también, cómo una adolescente golpeaba a otras en Concepción, una niña en Coyhaique fue asesinada brutalmente por su padrastro, un joven de 18 años golpeó a una persona invidente en Valparaiso.

En virtud de esos hechos, como sociedad podemos hacer una reflexión en relación a cuáles son las herramientas que les entregamos a las nuevas generaciones para que puedan convivir en comunidad. Es por eso que me pregunto ¿qué hace que una sociedad como la Chilena tenga tales hechos de violencia en las cuales están involucrados niños, niñas y adolescentes?

Un discurso que se escucha mucho en nuestra sociedad es que “todos hablan de derechos pero no de deberes”; pero de quien es el deber de proteger, o más bien, guiar a los niños y adolescentes. Muchos dirán los padres, otros dirán la escuela, y podrán aparecer un gran número de instituciones o personas a las que se les atribuirá el deber de proteger, ¿proteger de qué o quiénes?

Pareciera ser que los niños y adolescentes se deben proteger de los adultos, ya que en las vulneraciones de derecho que mencioné antes, fueron los adultos los negligentes. Pero en el caso de la adolescente de Concepción, es curioso ver comentarios de adultos que dicen que la van a atacar tal como ella atacó a otras niñas, validando la conducta que ella tuvo, es decir, atacar al mas débil, que parece ser lo mismo que sucedió en cada situación mencionada anteriormente. Los más débiles de la sociedad no fueron protegidos, y eso es sólo lo que sabemos de los niños y niñas; qué ocurre con los adultos mayores, con las personas con capacidades diferentes, entonces ¿qué deberes no se han cumplido?, ¿cómo no se puede empatizar con el otro?, ¿ que permite que se le quite la condición de ser humano a un otro a través de una relación asimétrica de poder o en otras palabras, abusar del otro?.

¿Qué temas nos ocupan el tiempo como sociedad?, que la salud mental y física de los niños y adolescentes no es abordada, que los adultos mayores y las mujeres tengan que salir a la calle a marchar por sus derechos, que pasa con los que no pueden marchar o acaso simplemente tendrán que soportar los abusos. Parece que como país está instalado el colocar el PIE ENCIMA, entonces ¿hemos validado la violencia como forma de relacionarnos?

Sin embargo tampoco hay que ser tan negativo, después de todo somos una sociedad en vías de desarrollo -o para algunos-, para los que tiene los brazos fuertes.

Mauricio vargas Zapata
Psicólogo