Dr. Franco Lotito C.
Conferencista, escritor e investigador (PUC)
Dos preguntas iniciales: ¿qué colores utilizó esta mañana para vestirse? Y… ¿de qué color son las paredes de las habitaciones de su hogar? Estas preguntas no son al azar ni tampoco buscan confundir a nadie, ya que el color –aunque cueste creerlo– es mucho más importante en la vida de la gente de lo que algunas personas se imaginan, por cuanto, la “fotobiología”, una disciplina que se dedica a investigar los efectos del color en el organismo humano, así lo ha demostrado.
La fotobiología corresponde, justamente, a “una rama de la ciencia que estudia los efectos de la luz –y de otras formas de energía radiante– sobre los seres vivos”, efectos que pueden ser tanto beneficiosos como así también perjudiciales, siendo una disciplina que “abarca un espectro de interacciones y efectos de los colores en distintos organismos, ecosistemas, así como en aplicaciones de carácter tecnológico”.
¿La razón de su importancia? La Luz –y el arco iris de colores que la conforman– está en condiciones de “inducir cambios químicos y físicos en el sistema biológico del ser humano, luego de que éste es irradiado por las ondas magnéticas y por partículas llamadas fotones”. El espectro electromagnético, a su vez, incluye una amplia gama de longitudes de onda, y la luz visible es sólo una pequeña parte de este espectro.
Hay expertos en el tema que están empleando los beneficios de la fotobiología como una forma de terapia, tal como sucede en algunas instituciones de salud, donde médicos especialistas –principalmente dermatólogos– utilizan estímulos del color para tratar algunas enfermedades de la piel como psoriasis, vitíligo, rosácea, dermatitis, etc.
Se ha comprobado, asimismo, que la mente y el cuerpo funcionan mejor si están en un ambiente que tenga un colorido grato y adecuado. En este sentido, “los colores, ya sea que se utilicen de manera individual o combinados entre sí, generan una diversa gama de sensaciones y reacciones en el ser humano”. Tanto es así, que los productores de dulces, por ejemplo, agregan distintos tipos de colorantes a las golosinas para que luzcan más atractivas y apetitosas a los ojos y gusto de la gente.
Muchos libros se han escrito sobre los colores explicando su historia, acerca de cómo influyen en el vestuario, en la decoración, así como los efectos psicológicos y fisiológicos que producen en cada persona. Es por sus efectos beneficiosos que se los usa en la cromoterapia, es decir, en el tratamiento a base de luces.
La cromoterapia –o terapia del color– es una práctica de la “medicina alternativa que utiliza los colores del espectro de la luz a fin de influir en el bienestar físico y emocional de las personas” y se fundamenta en la idea de que cada color tiene una frecuencia vibratoria única que estaría en condiciones de afectar positivamente el cuerpo y la mente humana.
Revisemos algunos ejemplos de cómo se utiliza la cromoterapia:
1. El color rojo se asocia con la estimulación, la energía y el aumento de la circulación sanguínea; activa el metabolismo y entrega energía. Se utiliza para tratar la fatiga, la depresión y mejorar el estado de ánimo.
2. El color azul se asocia con la calma, la relajación y la reducción del estrés. Se usa para tratar la ansiedad, el insomnio y la inflamación.
3. El color verde se asocia con armonía, el equilibrio y la curación. Se utiliza para tratar problemas del sistema nervioso y la presión alta.
4. El color amarillo se asocia con alegría y felicidad. Se usa para mejorar la digestión y aliviar el cansancio.
5. El color violeta se asocia con la espiritualidad, la claridad mental y la creatividad. Se usa para tratar la ansiedad, el insomnio y problemas de la piel.
En relación con el vestuario y la decoración ambiental al interior de un espacio físico, el color rojo, por ejemplo, es de gran utilidad para las personas que tienen poca vitalidad y que presenten tendencia a la apatía. Dado el hecho que funciona como un estimulante, puede activar el apetito de las personas y, en consecuencia, es utilizado en muchos restaurantes para cumplir con ese efecto. A raíz de lo anterior, está contraindicado usar el color rojo en los dormitorios donde se requiere bajar el ritmo, para obtener tranquilidad y descanso.
El azul facilita el acercamiento con las demás personas, ya que crea una atmósfera de paz y quietud. Es relajante y permite recuperar las energías perdidas. En términos psicológicos tranquiliza a las personas y ayuda a volver la mirada hacia el ser interior. Es muy apropiado para espacios donde se realizan actividades de tipo intelectual. Si la persona lleva una existencia que es muy agitada, como color terapéutico el azul ayudará a mantener un buen estado de salud.
El amarillo es muy apropiado para aquellas personas que son introvertidas, ya que desde el punto de vista psicológico es un color positivo y estimula la actividad mental y la creatividad. A las personas con tendencia a la depresión se les recomienda poner este color en algún lugar de su hogar o de su trabajo. Los entendidos en la materia afirman que el color amarillo es muy conveniente en habitaciones donde se preparan o ingieren comidas, porque estimula el apetito y la conversación alegre.
El verde es considerado tradicionalmente, el color de la esperanza. Se asocia a la juventud, la belleza y la regeneración. Es un color muy apropiado para las personas nerviosas o que viven situaciones tensas o estresantes, ya que aquieta a la persona y baja el metabolismo, dando la sensación de seguridad. En lugares donde lo que se busca es actividad, el color verde sería totalmente inapropiado.
El anaranjado es recomendado para personas que necesitan sentirse más alegres y vivaces, siendo un color antidepresivo por excelencia. Vestirse con ese tono ayuda a relacionarse mejor con otras personas y a volcarse hacia los demás.
El lila provoca un estado de tranquilidad y armonía, y se lo asocia a la prudencia, la modestia y el recogimiento. Los especialistas señalan que como efecto fisiológico, el color lila aumenta la sensualidad, regula el ritmo interior y equilibra las fuerzas vitales. Como efecto psicológico, favorece la concentración mental, la planificación y organización de objetivos y metas.
Destaquemos, finalmente, que los expertos afirman que los colores pueden estimular y/o equilibrar la energía del organismo, afectando la salud física y mental de diversas maneras, a raíz de lo cual, los terapeutas del color utilizan una amplia gama de colores para tratar diferentes trastornos, desde problemas emocionales hasta dolencias físicas.