jueves, abril 18, 2024

El árbol más antiguo del mundo: Una oportunidad y un riesgo

Con la noticia del estudio de los científicos Jonathan Barichivich y Antonio Lara que propone que el Gran Abuelo o Alerce Milenario sería el ser vivo más antiguo del mundo, con una data de 5484 años, un sinfín de elementos son inmediatamente puestos sobre la mesa. Pues, la idea de contar con un tesoro de dichas dimensiones en el bosque templado lluvioso que corresponde a La Unión, nos genera una sensación de genuina gratitud de contar con este ejemplar tan cerca nuestro.

Por Camilo Gómez

Inmediatamente surge la idea del incremento de turistas que arribarán a la ciudad y también al Parque Nacional Alerce Costero para poder conocer el Alerce y esto hace que los prestadores de servicios turísticos se sientan estimulados a disponer estrategias para atraer a los visitantes y poder contemplar una oferta de alojamiento, guías y servicios complementarios para que quienes se interesen por la belleza natural de la comuna encuentren un espacio.

Por otro lado, quienes se interesan en la conservación ambiental pueden visualizar en esta nueva data una opción de poner en mayor valor la necesidad de protección del bosque templado lluvioso y disponer de recursos tanto para la conservación, como para que las ciencias ambientales puedan avanzar en la lucha contra el cambio climático a la luz de este descubrimiento.

Asimismo, desde el punto de vista comunitario se puede considerar que el Gran Abuelo ofrece una oportunidad interesante en términos de recuperación o construcción de una nueva identidad local, que se ha basado hasta ahora en el pasado industrial de La Unión que ya no existe, pero cuya nostalgia aun cala profundo en la comunidad. Por ello, tal vez sea viable mirar hacia el futuro de La Unión como una ciudad de conservación y protección ambiental, de turismo sostenible y que innove en materias agrícolas, gestión de residuos y tantas otras cosas que pueden verse estimuladas por la presencia del Alerce Milenario.

Sin embargo, existe un riego muy grande asociado a este descubrimiento, principalmente asociado al riesgo del daño que puede sufrir el árbol y que ya ha sufrido, como consecuencia de turistas irresponsables y la poca capacidad que se tiene de disponer de cuidadores o guardaparques de dedicación exclusiva al Gran Abuelo.

En viajes realizados al Alerce, he podido constatar directamente la presencia de basura a los pies del árbol y lo que es aun más riesgoso, colillas de cigarro igualmente arrojados hacia las raíces, lo que presenta un riesgo latente de incendio, así como el impacto de quienes irresponsablemente arrancan trozos de corteza o pisan sus raíces, lo que ha sido señalado por los científicos como algo extremadamente dañino para el alerce. Todo esto explica porqué otros árboles antiguos como Matusalén en Estados Unidos tienen prohibida la entrada al público.

Así las cosas, para no llegar al extremo de prohibir el acceso de los turistas al árbol y con ello perder las múltiples oportunidades que este descubrimiento genera para la comuna y el país, debemos tomar los resguardos y proteger la maravilla que significa el Gran Abuelo y no terminar lamentando que el descubrimiento de su longevidad y presencia, sea la causa de su destrucción e irreparable pérdida.

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