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jueves, abril 25, 2024

Día de las madres: No solo saludos, protección efectiva de la maternidad

En el contexto del día de las madres los saludos, buenos deseos y la valoración de la maternidad resuenan en mensajes en la prensa, redes sociales, radio y todas las plataformas. Desde lo público no se está exento de dichas muestras de gratitud y cariño por las madres de nuestra comunidad de parte de todas las autoridades.

Por Camilo Gómez
Abogado | Concejal de La Unión

Sin embargo, desde lo público no basta solo con saludos y buenas intenciones, se tienen que tomar cartas en el asunto de una maternidad verdaderamente protegida. Eso significa tomar decisiones difíciles y complejas, pero que son necesarias para una correcta gestión de la maternidad, para dejar de exigir que “las mujeres trabajen como si no criaran y críen como si no tuvieran que trabajar”.

Desde la postergación profesional de las madres en entornos profesionales altamente competitivos, espacios públicos que prefieren contratar hombres, o mujeres “que no vayan a embarazarse” se lee entrelíneas en las entrevistas de trabajo y muchas veces la maternidad se ve como un “contra” a la hora de elegir candidatos a un puesto.

Si bien lo anterior podemos esperarlo en el sector privado como una vía de maximizar las ganancias de la empresa, no siendo por ello algo aceptable, en el sector público se repiten estas prácticas y muchas veces el mobbing, que es la forma “siútica” de llamar al acoso laboral, se presenta cuando una madre profesional se encuentra en escenarios familiares poco favorables como el tener un hijo enfermo o con necesidades especiales que desde las administraciones se ven como poco convenientes o problemáticos y que no suceden con los papás a pesar de que sean los mismo hijos.

Sumamos las brechas salariales, la falta de espacios de autocuidado, la carga mental que implica que las mujeres y sobre todo las madres tengan que estar a cargo de todo, la falta de corresponsabilidad de parte de los padres ausentes (en algunos casos incluso de los “presentes”) pues aún se entiende culturalmente que la crianza y el cuidado son “cosas de mujeres”, son el caldo de cultivo para tener madres mentalmente quebradas, que además sienten la presión de cumplir con el estereotipo de la santidad materna, del sacrificio, la postergación y muchas veces pasar a un segundo plano en sus propias vidas en función de los hijos y de la familia.

En tal sentido, desde lo público debemos trabajar para facilitar el trabajo de las funcionarias en los ambientes de la administración del Estado y a su vez satisfacer las necesidades de la comunidad a través de políticas públicas comunales que vayan de la mano con una maternidad acogida, deseada, en que las madres puedan tener espacios de autonomía, autocuidado, desarrollo profesional y familiar en sus propios términos, abriendo el espacio a las diversas maternidades y que por tanto incluyan en su elaboración la opinión y experiencia de quienes son madres y no solamente la imposición de terceros.

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