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viernes, abril 26, 2024

Lo que callamos los médicos del sistema público y atención primaria

A lo largo de mi ejercicio profesional he sido testigo en primera persona de las consecuencias de una Constitución que no garantiza la salud como un derecho fundamental inherente a todos los chilenos. La precarización de la salud pública de Chile debe llegar a su fin a partir de la redacción de esta nueva Carta Fundamental.

Por Dra. Patricia Veloso
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria
Candidata a Constituyente por el distrito 24

Ser médico y elegir trabajar en el mundo público y también desde el voluntariado, es algo que siempre me motivó. Por esta razón hace 16 años viajé desde Los Ángeles, mi ciudad natal, a Valdivia, para hacer mi especialización en Medicina Familiar y Comunitaria.

Pensaba que insertarme en el sector más vulnerable de la población sería un desafío que me permitiría generar cambios desde adentro, sin embargo, a poco andar comprendí que por más esfuerzos que hiciera no podía acabar con la desigualdad y el dolor emocional de mis pacientes, de miles de familias que no pudieron acceder a un tratamiento o una cirugía, por falta de plata.

En 16 años creí que al menos una parte se podía mejorar. No ocurrió. Con todos los Gobiernos y sus propuestas bonitas cada 4 años nunca obtuvimos algo que fuera verdaderamente resolutivo para la situación de las familias chilenas a las que se les ha negado siempre el acceso a una atención de salud pública y de calidad, sólo por ser pobres.

No me puedo acostumbrar a sufrir y machacar en silencio lo que callo cada día, no quiero seguir preguntándole a mis pacientes adultos mayores si tienen dinero para pagar un examen y que bajen la mirada. Es injusto ver como la vida de las personas se apaga por falta de oportunidades. Situaciones como estas son las que callamos las y los médicos de salud pública y atención primaria.

Creo que los chilenos por primera vez tenemos la oportunidad histórica de cambiar nuestra realidad país, escribiendo una nueva Constitución. Aquí se debe garantizar el acceso universal a un sistema de salud de calidad y oportuno. De esta manera lograremos que la salud sea un derecho humano fundamental inherente a todas y todos los chilenos.

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