La doctora de turno, María Guerrero, no habría atendido a una paciente derivada en ambulancia desde el Servicio de Alta Resolutividad (SAR) de la comuna de La Unión, para que sea hospitalizada, lo que vulneraría sus derechos como paciente.
Tras sufrir intensos dolores en sus piernas, que casi le impedían caminar, una mujer de 37 años llegó este martes hasta el SAR de la Unión. Luego de los exámenes de rigor y constatar que presentaba anemia aguda, además de fiebre, lo que además la hacía sospechosa de COVID-19, la derivaron en ambulancia (acompañada de una TENS) al Hospital Juan Morey para que sea atendida e internada. Pese al delicado cuadro médico, a la mujer ni siquiera se le controlaron sus signos vitales -que es un mínimo en atención de salud-, pese a haber sido derivada para hospitalización.
“Llegamos como a las 10 de la noche y me dijeron que no me podían hospitalizar. No me dieron ninguna razón. La doctora de turno salió a verme en la ambulancia y me entregó una hora para que vea al internista en la mañana. Eso no corresponde”, comenta la paciente, quien prefiere guardar su identidad.
Efectivamente, según establece la Ley de Derechos y Deberes del Paciente, toda persona tiene derecho, cualquiera sea el prestador de salud, a que las acciones de promoción, protección y recuperación se le den oportunamente y sin discriminaciones arbitrarias, en la forma que determine la Constitución y las leyes, lo que se habría visto transgredido en este caso.
Luego de una compleja noche, la mujer fue atendida de manera particular por un médico que le señaló la necesidad urgente de ser hospitalizada y supervisada médicamente. La paciente permanece internada en el Hospital Juan Morey de La Unión mientras se evalúan las acciones a seguir.
