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jueves, 28 marzo, 2024

El experimento que salió mal: de los cafecitos a la cuarentena al lote

“Se inicia el desconfinamiento de las regiones de Los Ríos y Aysén”, con ésta decisión del Ministerio de Salud comienza la historia que en el capítulo de hoy – porque no tiene para cuándo acabar – nos ha llevado a una cuarentena total en casi toda la región.

Por Camilo Gómez
Abogado

Pasamos en un par de meses de las fotos de las autoridades en un café de Valdivia a estar todos encerrados sin tener claridad de cómo funcionan los permisos, la gente del sector rural preocupada y los servicios de salud de la región colapsados ¿cómo llegamos a esto?

La decisión de lanzar la región al barranco parte con la idea de desconfinar la región porque tenía “buenos números” obviamente, porque se estaban tomando medidas para proteger a la ciudadanía, quienes sentían más respeto por la enfermedad y se cuidaban de no salir innecesariamente, mantener la distancia social y las demás medidas que todos conocemos.

Sin embargo, al decidir experimentar con nuestra región lo que se logró fue que la ciudadanía bajara la guardia con la enfermedad, se dejó de salir a realizar solo las diligencias necesarias, se volvió a vitrinear, carretear y las medidas sanitarias mínimas se relajaron.

Pero ese no es el mayor de los problemas que enfrentamos, si bien la crisis sanitaria comenzó en marzo y el desconfinamiento hace tres meses, ni las autoridades regionales ni las locales crearon protocolos para enfrentar una eventual cuarentena, pues recién al momento de que ésta se decretó, comenzaron las preguntas sobre qué pasará con los trabajadores informales, con la gente que vive del día, con quienes no tienen conexión a internet para conseguir permisos.

Hoy, nos encontramos en tierra de nadie, con una ciudadanía desinformada, confusa, porque no sabemos qué permiso se obtiene y cómo, qué pasa con los trabajadores que no tienen contrato y que necesitan un permiso colectivo, con los trabajadores rurales, con los que viven de lo que cocinan o fabrican y deben repartir en la ciudad, porque todos debemos parar, excepto las cuentas de luz, de agua o internet (para sacar los permisos).

Finalmente, vemos que, aun teniendo 8 meses para ponerse en los escenarios propios de nuestro territorio, se sigue improvisando y como vemos el experimento de la Región de Los Ríos salió mal, lamentamos nuevas muertes, nuestra economía local se sigue tambaleando, no se informa correctamente a la comunidad y seguiremos pagando los platos rotos sobre cada mala decisión.

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