sábado, mayo 18, 2024

Economías solidarias, una alternativa en tiempos de crisis

La hegemonía económica basada en el capital, que nos hace creer en un crecimiento económico infinito, se contrapone a la realidad que por estos días se nos ha evidenciado con dramáticas consecuencias, producto de este afán de querer tener y producir más y más, de manera infinita en un mundo con recursos cada vez más limitados, producto de la explotación irracional de los recursos naturales, cuyas consecuencias se manifiestan por ejemplo con el cambio climático, con la extinción de cientos de especies de seres vivos cada día, con un mar lleno de plásticos, bosques arrasados y escases hídrica, solo por mencionar algunas.

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Por Felipe Cañoles
Concejal de La Unión, miembro de Economía rEvolucionaria
y Banco del Tiempo e Intercambio La Unión

El actual sistema, con la excusa de satisfacer la demanda, permite la degradación y destrucción de los ecosistemas en nombre del desarrollo, crecimiento económico, del progreso y del capital; este, es un escenario no muy alentador para nuestra humanidad, algunos científicos calculan, de seguir todo igual, el año 2030 será el punto de no retorno, es decir, que nada de lo que hagamos en ese entonces, podrá revertir las consecuencias que tendrá el cambio climático para la humanidad; el desconocimiento del acuerdo de Paris (COP25) por parte de China, India y EEUU, es una triste señal, considerando que demás, son los principales contaminantes y emisores de Co2 a la atmósfera, causantes del calentamiento gradual y progresivo de nuestro planeta.

Me parece adecuado hablar entonces, de que tan consciente somos de todo esto; como la analogía del sapito en la olla con agua puesta al fuego, que a medida que el agua aumenta su temperatura, el sapito se adecúa, haciendo funcionar su sistema de adaptación y gastando mucha energía para lograr regular su temperatura corporal, pero cuando la temperatura del agua aumenta sus temperatura a nivel de poner en peligro su vida, su cuerpo, ya no tiene energía para saltar y salvarse. Así se puede graficar este escenario destructivo y catastrófico a nivel mundial, al que parecemos adaptarnos, igual que el sapito en el agua caliente, y estamos gastando nuestra energía para sobrevivir a la degradación de nuestro ecosistema y palear las consecuencias de esta economía irracional.

Entonces, la invitación en este especial momento histórico en el que estamos viviendo y coexistimos, es a re-pensar, di-soñar y co-construir el mundo desde nuestra propia comunidad, y con una mirada distinta a las lógicas establecidas por este sistema destructivo e insostenible, para esto, debemos avanzar en el desarrollar de nuestros niveles de conciencia, para encontrar alterativas de desarrollo económico más ecológicas a nivel local y con un desarrollo a escala humana, estimulando la soberanía alimentaria, que nos permita, a través de valores como la solidaridad, el respeto por nuestro entorno, cuidado de nuestro ecosistema.

Por su carácter hegemónico, el capitalismo ha invisibilizado otras formas de satisfacer nuestras necesidades, formas ancestrales de intercambios como el trafkintú, trueques, mediería, minga, regalos y favores, que aún siguen luchando por sobrevivir, especialmente en comunidades campesinas, economías que se sustentan en valores como la confianza, la reciprocidad y en busca del bien común, lo que hace sinergia con la formación de cooperativas, redes de abastecimiento populares, ollas comunitarias, bancos del tiempo, lo que nos regala esperanza, nos habla de una sociedad que hasta en los peores escenarios, cuando ya no somos utilices al sistema y quedamos excluidos, somos capaces sobreponernos con los mismos valores que sustentan las economías alternativas.

Es urgente que repensemos el desarrollo local desde una mirada global, un desarrollo basado en las personas y no en las cosas, el cual nos haga parte de la naturaleza y no dueños de ella, que necesariamente tiene que surgir de un cambio a nivel interno, que nos permita primero romper nuestros propias formas, para luego romper paradigmas y gatillar un cambio cultural que nos permita generar alternativas y formas distintas de satisfacer nuestras necesidades.

Para más información visite: www.economiarevolucionaria.cl

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