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jueves, abril 25, 2024

Recolectores de Basura: La primera línea de la dignidad en Chile

La primera línea del manejo sanitario en Chile está desprotegida, las autoridades al parecer aun no entienden que se debería destinar recursos para implementar con más elementos de protección personal y mejores condiciones laborales a quienes son los protagonistas de la limpieza y hacen digno nuestro entorno social y familiar. Sí, vivimos dignamente gracias al esfuerzo de ellos.

Por Antonia Gatica Casanova
Dirigente y comunicadora social paillaquina

Desde que inició el confinamiento en Chile a causa del coronavirus la ciudadanía identificó las primeras líneas de ataque para controlar la expansión del virus. Sin embargo, mientras algunos siguieron con sus trabajos y otros con mayor fortuna pudieron trabajar desde sus casas, hubo otros trabajadores que no tuvieron opción de cuarentena ni teletrabajo, muy por el contrario, sus jornadas se inflaron al doble o el triple, en las calles.

Ocuparse de recolectar los desechos de casas particulares, centros de salud, oficinas, entre otros, significa estar expuesto a contraer infecciones constantemente, pero cuando asecha un virus con apodo de pandemia el escenario se vuelve cien veces más complejo y peligroso. Desde esa premisa resulta desconcertante que sean mayormente los vecinos quienes se ocupen de brindar seguridad y gratitud a estos trabajadores; regalándoles mascarillas, guantes y cloro, no así las empresas, ni los municipios o el mismo Estado.

Las remuneraciones tampoco se ajustan al valor del trabajo que realizan, y que en este momento es vital para que el país y la sanidad estén garantizadas cada día en cada rincón del país.

Los recolectores de basura son las personas que muchas veces viven la discriminación y el maltrato por parte de la sociedad, pero eso no los detiene ni les baja la moral, cada uno sabe el valor inconmensurable de su trabajo y lo indispensable de su labor.

Mientras unos pocos denigran esta labor, la gran mayoría de los chilenos agradece el sacrificio que hacen cada día, pero no bastan los aplausos o la mascarilla que la vecina siempre les regala. Existen empresas, municipios y el gobierno central, que deben asegurar con celeridad la dignidad laboral para quienes hacen posible que convivamos en un espacio limpio y digno. Un trabajo que se realiza bajo circunstancias tan precarias no puede desempeñarse bajo condiciones injustas, y remuneraciones vergonzosas.

Vaya todo mi reconocimiento a los recolectores de basura de nuestra región y del país.

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