jueves, abril 18, 2024

Campaña del plebiscito: A exigir honestidad

Comenzó oficialmente la campaña para el plebiscito del 26 de abril, y las opciones apruebo y rechazo se tomarán la discusión política de nuestro país durante los próximos dos meses. Si bien los diferentes sectores políticos y organizaciones sociales han comenzado hace tiempo a formular ideas y razones para apoyar una posición u otra, es determinante que el debate en torno al plebiscito tenga como denominador común la honestidad.

Por Camilo Gómez
Columnista de noticiaslosrios.cl

Me refiero a ello porque hace semanas hemos visto toda clase de mitos y abiertas mentiras sobre el proceso, que conducen a las personas a mirar con temor y desconfianza la participación, lo que viene dañando nuestra democracia durante años y ha sido un factor esencial de la crisis institucional y social que provocó el estallido.

Por ejemplo, cuando se habla de que la nueva constitución “viene con” tal afirmación, o tal prohibición, como al decir que se prohibirá la propiedad privada, o la libertad de culto, lo que se hace es mentir directamente, pues la nueva constitución no se ha redactado todavía, entonces malamente podría esta “decir” algo aún.

Otro ejemplo es decir que la “hoja en blanco” es un “salto al vacío”, en otras palabras, que hacer una nueva constitución es poner en riesgo los principios básicos de nuestra república, lo que no es efectivo, puesto que muchos derechos, como el derecho a la vida, la libertad de conciencia y la democracia, están protegidos por tratados internacionales que obligarán a la convención constitucional a respetar estos principios. Así, aunque alguien quisiera reinstaurar la esclavitud, o prohibir tal o cual religión, poniendo un caso extremo, sería imposible dada las reglas bajo las cuales funcionará la redacción de la nueva constitución.

Por otro lado, es necesario mencionar que la nueva constitución no es una fórmula mágica para cambiar el país, por lo que no será una solución inmediata a todos los problemas que demanda Chile, sin embargo, una constitución moderna y democrática resulta una excelente carta de navegación para lograr esos objetivos, que la actual constitución no permite.

Es por eso que resulta fundamental que la discusión sobre el proceso constituyente y el plebiscito de abril se dé con la verdad, de cara a los ciudadanos y haciendo valer argumentos serios que respalden las posiciones, que busquen aclarar y no confundir a las personas, pues nuestra democracia está harta ya de engaños y reivindicar la honestidad es el camino que nos conducirá a la dignidad que nuestra sociedad demanda.

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