domingo, mayo 5, 2024

Ex párroco de Lanco fue acusado de abusos que se prolongaron por diez años

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La víctima relató ante la justicia canónica las conductas del religioso, las cuales se mantuvieron por alrededor de una década. Sin embargo, debió acudir a la justicia civil para obtener una investigación imparcial de su caso.

«Hay una mafia de cultura de encubrimiento», señaló a El Mostrador Constanza Acuña Cerda, la joven oriunda de Lanco que relató a la justicia canónica los abusos que sufrió por parte del ex párroco de aquella comuna, Belisario Valdebenito Erices, por más de diez años. Pese a presentar su causa a diversos niveles de jerarquía dentro de la Iglesia, solo visualizó acciones concretas al narrar su situación ante la justicia civil.

En la entrevista al medio digital, la funcionaria del Episcopado relató la estrecha relación que Valdebenito forjó con su familia desde que ella tenía 11 años. El sacerdote calzó rápidamente en un núcleo familiar extremadamente católico, donde su figura incluso participaba en las decisiones familiares. Constanza sitúa los comienzos de los abusos cuando el religioso asumió como su director espiritual.

«(…) Primero es un abuso de conciencia, porque tú pones completamente tu confianza en esa persona. Yo estaba en la pubertad, le confías tu desarrollo, tus miedos, tus primeras impresiones sobre el mundo y él se comienza a aprovechar de esos secretos que tú también le vas confesando»

Según relata Acuña, rápidamente los abusos de conciencia pasaron a ser abusos sexuales. Tocaciones y besos son parte del calvario que la joven licenciada en Historia debe cargar en su memoria, además de la ‘capacidad de indefensión’ que la hizo callar por años, puesto que al no entender lo que sucedía, fallaba al intentar explicar a los demás lo que estaba viviendo.

«(…) Yo tuve miedo, hasta ahora lo tengo, voy a terapia, voy al psiquiatra, tomo pastillas, porque es la manera de poder levantarme todos los días, porque el abuso es así»

En diciembre del año pasado, Constanza Acuña puso el caso en el tapete de la justicia canónica. Sin embargo, la Iglesia eligió a un ahijado de la ordenación de Valdebenito para hacerse cargo del caso, a lo que la víctima se opuso. Pese al cambio de vicario, el presunto abusador fue el primero en enterarse de los trámites iniciales de la denuncia en su contra, dando origen a un hostigamiento con la intención de que Acuña se retracte y retire a la demanda.

El comunicado de la Iglesia

El pasado 20 de junio, a través de un comunicado público, la Iglesia informó de una investigación que comprobó la denuncia de la afectada, apartando al sacerdote de toda actividad pastoral. En el escrito, la Conferencia Episcopal de Chile señaló que «Durante este proceso la denunciante está siendo acompañada y, en su momento, se le recomendó hacer la denuncia civil», lo que fue totalmente negado por Constanza.

«Eso no es verdad, todo lo pago yo, solo se apuraron en la declaración porque yo declaré en la PDI, ya que no tenían alternativa»

Iniciado el proceso de denuncia ante la justicia civil, los habitantes de Lanco se enteraron de la acusación en contra de Valdebenito, quien a su vez debió renunciar a sus funciones en la localidad de Gorbea «por motivos de salud», ocultando a la comunidad católica de la comuna toda acusación en su contra.

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