[su_dropcap style=”simple” size=”5″]H[/su_dropcap]a llamado la atención que en algunas ceremonias y actos oficiales como por ejemplo, en la entrega de subsidios de vivienda en La Unión, en la inauguración del Estadio el Boldo en Corral o en la entrega de ambulancias en Valdivia, el Intendente Montecinos ha incrementado su defensa a las obras y compromisos de la presidenta Bachelet en la región y el país.
En algunas oportunidades, los asistentes aplauden espontáneamente cuando se hace alusión a la Mandataria y en otras oportunidades el mismo Intendente solicita aplausos que se “escuchen en la moneda” en busca de un reconocimiento a la presidenta que él representa en la región de Los Ríos.
Lo anterior ha sido interpretado como un acto de lealtad y admiración del jefe regional a la Presidenta, pero también algunos lo interpretan como un llamado de atención al gabinete regional. Es conocido desde el inicio del actual gobierno que Egon Montecinos menciona y releva a la presidenta Bachelet en actos de vivienda, en actos de infraestructura, salud, entre otros. Pero este “osado Bacheletismo sin Renuncia” que profesa Montecinos dista de lo que muestran algunos seremis y directores que escasa vez siquiera mencionan y poco destacan la figura de la Mandataria, remitiéndose a hablan en “neutro”, especialmente en comunas, como si las obras no fueran producto de decisiones políticas propias del Gobierno.
Cuando la aprobación de la presidenta Bachelet está con sus cifras históricas más bajas, esta “arenga pública” parece ser un claro mensaje al gabinete regional para probar las lealtades al gobierno, pero por sobre todo, poner a prueba la lealtad a la figura de la presidenta Bachelet en la Región en época de vacas flacas en la política, tal como en aquellos tiempos en que aparecer junto a Bachelet era un privilegio para los actores políticos locales.
Entrada la campaña municipal, es notorio que a algunas autoridades les es más fácil y cómodo hablar de las “gestiones” en su cartera sin hacer alusión a compromisos presidenciales o medidas de gobierno que se han impulsados en la región.
La actual es claramente la peor época de la Nueva Mayoría. Cuando incluso se habla de que la antigua y añeja Concertación era mejor de lo que hoy vive ese sector político, como han comentado desde su gabinete, Montecinos prefiere “raquíticos convencidos con el gobierno a gigantes dudosos de la acción administrativa”.
Pero, ¿Qué ha llevado a ciertos personajes públicos a asumir esta postura de “medidas tintas”?
Para poder efectuar el tránsito de la Concertación a la Nueva Mayoría, fue un factor preponderante la legitimidad de Michelle Bachelet, en ese entonces, con altos niveles de popularidad, lo que finalmente permitió que la Nueva Mayoría pudiera adquirir una imagen renovada.
Hoy, el desplome de la figura de Bachelet -que ha deteriorado progresivamente uno de los principales elementos de unidad de la Nueva Mayoría- pareciera haber puesto término a la dinámica de disciplina de los partidos de la coalición y de quienes ocupan cargos de confianza política; además ha aumentado su autonomía frente a la mandataria, expresado ello en múltiples señales de cuestionamiento público, e incluso de abierta confrontación, desde las mismas filas del oficialismo hacia la Presidenta, a sea desde los partidos o incluso desde los integrantes de su propio gabinete.
Arengas más, aprecios menos, lo cierto es que en esta etapa de elecciones municipales a las que se verá enfrentado el gobierno regional, se pondrán varias dimensiones a prueba en la región, entre otras, las lealtades de quienes ostentan cargos públicos de confianza.