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jueves, abril 25, 2024
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Envejecer en Chile siendo mujer: ¿Estamos preparados para afrontar las brechas de género en los mayores?

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Chile es un país envejecido y tiene la mayor esperanza de vida en Sudamérica. Aquí, viven más de tres millones de personas mayores de 60 años y más del 50% son mujeres.

Actualmente, las personas mayores tienen cada vez más presencia en la sociedad. Y no solo desde la mirada de los números, sino que también desde el rol que los mayores cumplen hoy en día.

Según información de la ONU, en el año 2018 y por primera vez en la historia a nivel mundial, las personas mayores de 65 años superaron en número a los menores de 5 años. Asimismo, proyectan que para el año 2050, una de cada seis personas -en el mundo- tendrá más de 65 años. Y nuestro país no queda fuera de lo anterior, ya que se ha ido invirtiendo la pirámide demográfica, los nacimientos se han reducido de 5 a 1,8 hijos por mujer, en los últimos 60 años, y -según información entregada por la OMS en el año 2016- la esperanza de vida de los chilenos y chilenas ha aumentado a 80,5 años promedio.

Hoy Chile se encuentra en un período avanzado del proceso de envejecimiento poblacional y tiene la mayor esperanza de vida en Sudamérica. Aquí, viven más de tres millones doscientas mil personas mayores de 60 años y se espera que para el 2025 este grupo etario supere, por primera vez, a niños y niñas menores de 15 años.

En nuestro país las mujeres representan el 63,6% del grupo de adultos mayores sobre 80 años y, según datos obtenidos por la encuesta CASEN, en el año 1990 existían 104 mil mujeres de 80 años o más, cifra que en 2017 ya alcanzaba las 364 mil personas. Se visualiza que para el año 2050 las mujeres de 80 años y más llegarán a 1.139.264.

De acuerdo a datos recopilados por el Observatorio del Envejecimiento para un Chile con futuro, en nuestro país viven, al menos, 2.278 personas de 100 años o más, de las cuales el 85% son mujeres. Y según estiman, para el año 2050 la cifra superará las 48 mil personas, siendo el 72% mujeres. “El aumento progresivo de las personas mayores que superan los 80 años es un fenómeno muy relevante y se encuentra enfocado en las mujeres”, señalan.

En ese sentido, la entidad sugiere que “la formación de profesionales, tanto en el sistema público como privado, con conocimientos de género y envejecimiento jugará un rol importante para responder a las necesidades de las generaciones futuras, las que presentarán una heterogeneidad y diversidad radicalmente distinta a las personas mayores de la actualidad, desde aspectos que consideran su nivel educativo hasta sus roles en la arena económica”.

De lo anterior, podemos identificar –claramente- que, en Chile, el envejecimiento y la vejez tienen cara femenina y que las brechas de género no quedan exentas en este importante segmento de la población.

Inequidad de género en personas mayores

Históricamente las mujeres han cumplido muchos roles en la sociedad: se hacen cargo de sus hogares y de la crianza de sus hijos; participan activamente en organizaciones; y, además, tienen un trabajo remunerado, para el cual deben cumplir sus obligaciones.

Las mujeres ingresan al mundo laboral de manera más tardía que los hombres, lo cual se ve reflejado en la situación que viven las mujeres mayores: tienen menos ingresos, menos formación y menos nivel educativo. Todo eso otorga como resultado vivir una vejez más compleja.

En la actualidad, ocurre que las mujeres tienen una sobrevida más alta que la de los hombres –entre 8 y 10 años más-, pero su situación, y la inequidad que deben enfrentar durante la vida, se demuestra durante la vejez con menos acceso, menos recursos y menos posibilidades. Y uno de los aspectos más relevantes que esto genera dice relación con la independencia y la autonomía que pueden generar los ingresos, que, muchas veces, las mujeres no tienen en la edad mayor.

En muchas ocasiones, las mujeres dejan de realizar actividades laborales porque sus ingresos son más bajos que el sueldo percibido por los hombres. Esa situación se suma además a la gran cantidad de mujeres que quedan al cuidado de otras personas, ya sean personas con necesidades diferentes o personas mayores que tengan algún requerimiento de cuidado.

Para Patricia Alanis, gerontóloga experta en envejecimiento y vejez, con situaciones como la expuesta anteriormente se demuestra la inequidad que sufren las mujeres respecto del acceso, de las oportunidades y, particularmente, la salida al mundo laboral. “Es por eso que, finalmente, las mujeres deciden dejar sus prioridades y dedicarse al cuidado de otros. Y eso produce un fenómeno que los gerontólogos llamamos las mujeres bisagra; es decir, mujeres que cuidan a sus hijos en la niñez y vuelven a tener que hacerse cargo del cuidado de sus padres en la edad más adulta”, explica la experta.

“Los temas de género y vejez tienen un sentido de urgencia que tiene que ver con la situación demográfica de los distintos países de Latinoamérica y el mundo. Dentro de lo que es la agenda 2030 para el desarrollo sostenible, uno de los planteamientos más interesantes es que debemos planificar el desarrollo de los países en función de los escenarios demográficos, porque es la única manera de llegar al desarrollo sostenible. Una de las propuestas que hace la agenda 2030 es que nadie se quede atrás. En ese sentido, podemos ejemplificar con el caso de la encuesta Casen del año 2017, que plantea que en nuestro país hay un 56% de mujeres mayores versus un número más bajo en hombres, que son un 43%, y nuestro país no está preparado para soportar lo que significa esa situación”, afirma la profesional.

Respecto a lo anterior, Alanis explica que “no podemos generar políticas para solamente después de los 60 años, debemos preocuparnos de la situación del envejecimiento y la vejez desde la cuna, por eso los gerontólogos hablamos del desarrollo del envejecimiento de los países debe abordarse desde el nacimiento. Eso significa que debemos avanzar en equidad de género desde el inicio de la vida, desde aquellos escenarios que van haciendo que la cancha esté desnivelada para quienes tengan que desarrollarse en ella y eso significa que las mujeres tengan acceso y oportunidades a la educación, a trabajo bien remunerado, a avanzar en la corresponsabilidad del cuidado y del trabajo doméstico. Ocuparse de los temas de mejoras y equidad de género desde el nacimiento, que permitiría tener un mejor escenario para las mujeres mayores”.

Futuro de Chile en temáticas de género

Avanzar en temáticas de género es clave para tener una mejor sociedad; que reconozca a las mujeres y permita que éstas puedan equilibrar los roles que históricamente les han sido asignados, como lo son el cuidado y labores domésticas.

Diane Riquelme Gatica, quien es asistente social del Programa Defensa Jurídica Integral Adultos Mayores de la Corporación de Asistencia Judicial, manifiesta que en Chile se requiere un cambio profundo respecto a la mirada que tenemos de envejecer.

“En el presente, las brechas de género que podemos experimentar en la adultez mayor continúan estando relacionadas con el cuidado de otro. Las mujeres mayores continúan siendo relegadas al rol de cuidadoras y al rol doméstico, donde los demás integrantes de su unidad familiar –hijos, hijas o nietos- no asumen la corresponsabilidad de cuidar al familiar, recargando el diario vivir de la mujer, provocando una situación de salud importante, desde el ámbito de salud mental y biológica de las mujeres mayores”, explicó.

Lo anterior se relaciona con las distintas formas de envejecer y los roles que históricamente están relacionados con los hombres y las mujeres. En esa línea, Diane Riquelme explica que, “se ha observado que las mujeres, en la trayectoria de sus vidas y debido a sus roles, son quienes han construido redes en torno a las familias y que continuamente se comunican con otro, estando conectadas con la comunidad. Al contrario del rol de los hombres, que sigue ligado a ser el proveedor. Es por eso que, hoy nos encontramos que existe un alto porcentaje de mujeres mayores que, cuando envejecen, tienen una red familiar efectiva de apoyo, no así aquellos hombres que tienen asociado a su historia situaciones de violencia cuando fueron más jóvenes”.

La conclusión de Diane Riquelme hace referencia al cambio que debemos hacer en Chile respecto a estas temáticas. “Como sociedad tenemos una gran oportunidad de hacer un cambio en la mirada de la vejez. Chile es un país envejecido y se requiere, de manera urgente, que trabajemos en un cambio cultural de cómo enfrentar el envejecimiento y cómo las personas mayores son parte de nuestra sociedad y deben tener un rol importante en ésta”.

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