Por Jorge Lorca
Antropólogo, Magíster en Gerencia Social
A simple vista, los datos entregados por el INE frente a los transmitidos por la cartera ministerial del Trabajo, reflejan contradicciones a considerar, sobre todo si a esto se suman los comentarios del ministro Monckeberg, quien después de la entrega de la información del Instituto Nacional de Estadísticas, señaló que el organismo habría reconocido falencias en sus instrumentos de medición y que los resultados no representarían la realidad actual del mercado laboral chileno.
Para quienes realizan reflexiones de estos antecedentes, resulta confuso entender cual es entonces la verdadera situación laboral en estos momentos, principalmente cuando dos organismos oficiales entregan conclusiones distintas del panorama laboral incluso llegando a deslegitimar la información entregada a la población.
Independiente de estos antecedentes, es imprescindible entender que existen otros factores que son también urgentes a la hora de atender materias de empleo y que para muchos son de principal atención para objetivar los verdaderos resultados que se esperan, esto es, la mejora de la calidad del empleo de nuestro país.
Es sabido que el análisis del empleo y el desempleo son realidades esenciales en los panoramas laborales, y sobre todo, en el sistema económico imperante en nuestro país, pero no es el único indicador a considerar, si lo que se busca en realidad es el desarrollo de un mejor panorama laboral en los territorios, uno de los aspectos que también influyen en el paisaje laboral es la ejecución y promoción de empleos que estén acordes a las necesidades de la población en cada uno de las diferentes realidades de nuestro país, y consiguiente a esto, de la mejora en la mano de obra calificada de las personas que están en edad productiva.
Este último punto no es menor, si tomamos en cuenta la tasa de ocupación informal y las diversas realidades presentes en nuestra nación. En el mismo boletín estadístico entregado por el INE, la tasa de ocupación informal bordea un 29%, tema no menor si entendemos que la promoción de la formalidad otorgaría mayores oportunidades en la calidad en los trabajos, una mejor calidad de vida para la población y mayores oportunidades para aquellos que buscan empleo.
Es sabido que diversos servicios gubernamentales y municipales han buscado mejorar la oportunidad laboral y desarrollo de capacidades en empleabilidad a través de programas de capacitación y de fortalecimiento laboral, no obstante, estos aun son en muchos lugares a pequeña escala y no siempre están de la mano de los focos de desarrollo regional o estrategias regionales de productividad. Por tanto, no es suficiente observar la realidad laboral meramente desde una perspectiva de tasa de ocupación, que como vimos, es susceptible a interpretaciones mediáticas.
Es imprescindible complementar esta información laboral con las aristas sociales, económicas y culturales que puedan visibilizar de mejor forma la situación real, y que como propuesta, pueden estar enfocados inicialmente a la promoción y coordinación de diversos servicios al apresto laboral, la promoción de mano de obra calificada en diversos sectores productivos y el fortalecimiento de las capacidades de desarrollo de cada territorio adscrito nuestro país.