sábado, abril 20, 2024

Telezuela

Sin duda, estamos siendo testigos de una de las urdiduras, complots y/o conspiraciones más groseras de los últimos tiempos. A pesar de que este comentario nace desde lo visceral y por lo mismo de la no indiferencia, trataré de recoger y relevar hechos por sobre mi opinión personal, que trataré de resumir de entrada.

Por Jorge Oyarce Kruger

Venezuela, hoy es presa de uno de sus productos de exportación más reconocidos a nivel mundial, sus teleseries y melodramas. Si, el conjunto de eventos que estamos presenciando, son dignos de las clásicas telecebollas de Televisa. Entonces puedo definir de entrada varias cosas:
  1. Venezuela es un país rico, extremadamente rico.
  2. Venezuela ha sido mal administrado en los últimos años y urge un proceso eleccionario democrático, que ofrezca garantías de tal.
  3. Venezuela no sólo ha sido mal administrado, también ha sufrido de incontables actos de perjurio y empecimiento por parte de actores internos y por sobre todo externos.
  4. No es casual que la ONU no haya intervenido de manera más activa.
  5. No es casual que en el marco “histórico” de hoy con más de cinco gobiernos de derecha en la región, las cosas se estén precipitando, ya que los tiempos no permiten esperar la caída de un “dictador de kindergarten».

#VenzuelaFacts

No puedo dejar de ser latero por recordar a Kevin Costner en JFK, cuando refleja, a través de una metáfora clásica el “en qué estamos (…) nos enfrentamos a un escenario donde el negro es blanco y el blanco negro, por lo que urge la verdad”. Cuadra justo, no?.

En jerga científica, hechos o verdades son todas aquellas que están publicadas y comprobadas científicamente, por lo tanto para cada una de ellas se detalla una cita. En este caso entonces, ¿qué es un hecho?, pues bien, son hechos:
  • El porcentaje de la población infantil con bajo peso en Venezuela es inferior al promedio de la región y es sólo peor que Chile, Brasil, Argentina y Paraguay. (OMS, 2016).
  • A la inversa, el porcentaje de obesidad en Venezuela es superior al promedio de la región y su índice se considera normal, y es sólo superado por Argentina, Uruguay, Chile, Mexico y USA. (OMS, 2016).

  • Venezuela, junto a Chile y Argentina, lideran el ranking de adultos con sobrepeso en América del Sur. (OMS, 2011).
  • Ecuador, Honduras, Nicaragua, República Dominicana, Guyana y Bolivia, duplican el índice de hambre en América Latina. Haití y Guatemala lo triplican. (OMS, 2011).

  • Los 10 países africanos con mayor índice de hambre quintuplican el índice venezolano, y en población representan casi 10 venezuelas. (OMS, 2016).
  • En Estados Unidos, 40 millones de personas luchan contra el hambre, de ellas, 12 millones son niños, seis veces la cantidad de personas con hambre en Venezuela. (Feedingamerica.org, 2018).
  • Venezuela es el país en el mundo con las mayores reservas de petróleo certificadas, el número 1, y representa el 18% de las reservas del mundo, 10 veces más que USA, que sólo posee en su territorio el 2% («habría que sumarle los países que controla»). (CIA, 2017).
  • Desde enero de 2017 existe un bloqueo económico impuesto por Estados Unidos a Venezuela, bloqueo que por intereses obvios nunca tocó las transacciones de crudo, hasta hace unos días cuando declararon el cese de pagos, para ser entregados a la “nueva administración”. (BBC, 2017).
  • Dictadura: Régimen político que, por la fuerza o violencia, concentra todo el poder en una persona o en un grupo u organización y reprime los derechos humanos y las libertades individuales. (RAE, 2018).
  • Una última verdad la dejaré para el final, con la idea de mantener el hilo dramático y contribuir a lo telenovelesco.
Dicho eso, sólo puedo declarar que estamos siendo testigos de excusas falsas, mentiras, violencia política, oportunismo y un conjunto de inmoralidades, con el sólo fin de precipitar la caída de un gobierno inestable, al parecer corrupto, y sin duda, no democrático.

Debiera indignarnos que se gasten recursos con el fin de desestabilizar aún más una patria que se encuentra dividida, un pueblo mutilado por la mitad, que sufre y que los poderosos hoy azuzan incitando el odio, propiciando su enfrentamiento, esperemos no una guerra civil.
Un territorio rico, mal administrado y coartado por el imperialismo económico, por controladores globales e intereses electorales.

Estamos siendo testigos de un show bailable en el que muchos monigotes bailan al ritmo de las fake news, la posverdad, la censura, la ignorancia, el fanatismo, quizás incluso el merkén, porque de que se puso picante la cosa, se puso. Debiera indignarnos que de verdad esté muriendo gente de hambre y que sigan muriendo invisibilizados, porque el show nunca fue por el hambre, es por el interés de unos pocos.
En lo personal me indigna, me deprime y me angustia el mundo que estamos construyendo, el mundo que al menos mis hijos saben que es otro mundo, no el que nos pretenden hacer creer.

Me indigna y frustra la inmoralidad de todos quienes bailando al son de la música que ponen los DJ$, derrochan dinero, recursos y tiempo que podrían estar de verdad dedicando a quienes lo necesitan. Me molestan los cómplices pasivos, que sienten que el escenario es más importante que el fondo del asunto.

Y por la mierda, de verdad que estoy indignado
. Perdón!

Al final del día, del desahogo, de este largo texto, sólo puedo contribuir con un abrazo, un abrazo a la vulnerabilidad, un deseo de superar la impotencia y la profunda convicción de que al menos con este pedacito de verdades y de opiniones, pueda contribuir al constructo de verdad. A
l final del día, el Qué creo y Qué haré, se define al apoyar la cabeza en la almohada.

Si puede ayudar a alguien con hambre hágalo, porque a pesar de que en Chile hemos sido exitosos en el control de ese flagelo, aun hermanos, vecinos y pares viven luchando contra esta maldita sensación que se mantiene sin erradicar por el afán acumulador de algunos pocos.

Cuando Bob Geldoff creó la idea original y su réplica el 2005, el fin era noble y parapolítico, no apolítico, pero se mantuvo al margen del proselitismo ideológico, desnudando realidades asquerosas como la acumulación de alimentos por parte de los gobiernos y particulares para especular con los precios de los mismos.

Hoy, haber usado la imagen de dicho evento, el nombre y la mención me parece una falta de respeto enorme para quienes de verdad han luchado de manera desinteresada contra el hambre en el mundo.

Como reza
Schwenke y Nilo en uno de sus temas, hoy con datos de la UNICEF podemos reconocer que algo hemos “avanzado”, cuando en 2005 morían 28.800 niños diariamente, por causas evitables, hoy esa cifra se ha reducido a 19.000, pero sin duda es una vergüenza, sin duda ha sido insuficiente.

Y no me digas que es el mejor de los mundos posibles de construir….

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