jueves, abril 18, 2024

Guede, Ezatti: ¿Y las instituciones?

Por Egon Montecinos Montecinos
Doctor en Ciencias Políticas / Columnista de noticiaslosrios.cl

Puede parecer sarcástico o trivial comparar lo que sucede con estos líderes de dos instituciones tan distintas, pero lo que pasa con ellos es el síntoma de un problema mayor que enfrentan las instituciones en las sociedades modernas. Qué importa más, ¿las ideas y convicciones de las personas, o los valores que encarnan las instituciones donde se desenvuelven aquellas personas?

En las últimas semanas hemos sido testigos cómo se han generado tensiones públicas en dos instituciones que, cada día se ven más afectadas por la desafección y crítica de sus seguidores. Cabe preguntarse, ¿es que los seguidores de la Iglesia Católica consideran “inhumanas a las personas” que desean tener la libertad de definir su género? ¿Es que basta con ganar un clásico para que los hinchas de un club deportivo toleren la practica del amiguismo en la conducción profesional del club? Los valores que encarnan las instituciones son superiores en todo sentido a las prácticas o deseos individuales de sus integrantes, así se han consagrado instituciones a pesar de la historia negra con la que cargan muchos de sus integrantes. Lo indesmentible es que con conductas irresponsables de los líderes, se puede llegar a degradar a los valores de las instituciones y contribuir a la desafección ciudadana.

Sumado a lo anterior y en particular con la arremetida de la globalización, el individualismo ha permeado y deteriorado los intereses colectivos de la sociedad y no ha dejado ver con claridad a algunas instituciones, que la sociedad ha cambiado y que lo que antes parecía normal, hoy está siendo fuertemente cuestionado y sufriendo redefiniciones por parte de aquella misma sociedad que se aferra más a lo individual que a lo colectivo. A esta pérdida del sentido colectivo, se suma la pérdida de noción de la realidad que muchas instituciones no saben o se niegan a traspasar a sus líderes. Como consecuencia, la sociedad evoluciona más rápido que las propias instituciones y muchas veces vemos a sus líderes aferrarse a prácticas y valores que no encuentran correlato en la sociedad. Lo que parece inevitable, es que lo que antes se naturalizaba con silencio, hoy se combate con denuncias, y lo que antes se podía administrar con amiguismo y con ganar un clásico, hoy se exige que se haga con profesionalismo. De algo estoy seguro, Guede se irá más pronto que Ezzati, de lo que no estoy seguro es si ambas instituciones escucharán al entorno y se ajustarán a la sociedad que tienen al frente.

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