viernes, abril 19, 2024

Día Mundial de los Humedales, no hay mucho que celebrar

Por Enrique Cruz

Ingeniero Agrónomo, Magíster en Medio Ambiente

Director Ejecutivo, Fundación Centro de los Bosques Nativos FORECOS

Miembro de la Red Ciudadana por los Humedales de Valdivia

El 2 de febrero se celebra el Día Mundial de los Humedales como una manera de generar conciencia de la importancia de conservar estos ecosistemas. Los humedales son ecosistemas dominados por el agua, como son los ríos, esteros y quebradas, o que se encuentran en área de transición hacia ecosistemas terrestres como son pantanos, vegas, mallines y hualves donde ocurren inundaciones temporales o esporádicas.

Valdivia se construyó sobre antiguos asentamientos indígenas que habitaban las orillas del río y sus humedales. La mayoría de estos últimos se originaron a partir de antiguos meandros y brazos del río, quebradas y pequeños cauces que conducen la abundante agua que cae en la cuenca del río Valdivia. Contrario a lo que se cree comúnmente, los humedales no se originaron a consecuencia del terremoto de 1960, sino que son de larga data, resultado de la naturaleza dinámica y no estática de los ríos. Esto ya que el agua se abre paso a través del paisaje removiendo y depositando sedimentos creando cauces, humedales, planicies de inundación y otros elementos del paisaje. Así, de manera paulatina y casi imperceptible o de manera más evidente ante eventos climáticos o geológicos extremos, como el terremoto de 1960, los ríos cambian su curso o retomar su antiguo camino, inundando pantanos, vegas y mallines.

Los humedales son recipientes naturales que captan el agua, filtrando y reteniendo sedimentos y contaminantes, entregando el agua poco a poco y más limpia. En la cuenca del río Valdivia los humedales nos protegen de los efectos que tendrían la caída de más de un metro y medio de lluvia anualmente, actuando como obras de captación de aguas lluvia naturales, gratuitas y permanentes.  Por lo mismo, es importante generar conciencia que, al destruir los humedales, perdemos esta infraestructura verde, lo que implicará a futuro altas inversiones en obras de captación de aguas lluvia. Además, expone a los habitantes de la cuenca y particularmente a los propietarios emplazados en humedales rellenados a un futuro incierto, donde el agua eventualmente puede retomar su camino inundando o hundiendo su inversión y sueños.

Por lo mismo, llama la atención la desidia con que las autoridades municipales, regionales y nacionales se toman la protección de los humedales, sin generar leyes que protejan los humedales, las especies que allí habitan y los servicios ecosistémicos que en definitiva nos protejan a nosotros de futuras catástrofes. Además, dichas autoridades renuncian a sus atribuciones de fiscalización y obvian sistemáticamente que:

  • Los humedales son cauces naturales y bienes nacionales de uso público que no se pueden intervenir sin la debida autorización;
  • Un dren o cauce artificial lineal no reemplaza proporcionalmente el rol que cumplen los humedales como área de captación, retención y liberación del agua, todo esto obviando además la función de los humedales como hábitat para diversas especies;
  • Actualmente existen normas estrictas para rellenar humedales de manera que sean seguros para la construcción, las cuales rara vez se cumplen poniendo en peligro a quienes construyan allí;
  • Es ilegal disponer de basura, postes, restos de concreto y otros escombros en lugares no habilitados para ello;
  • Es ilegal que vehículos no autorizados por la municipalidad u otros servicios públicos retiren y trasladen basura y escombros con destino incierto, los cuales comúnmente terminan en un humedal o quebradas;
  • Los loteos son en el corto o mediano plazo igual a una urbanización, la cual requiere contar con alcantarillado, luz y agua potable, tratamiento de aguas servidas y cumplir con la legislación ambiental.
  • El área mínima de subdivisión rural es de media hectárea, no 300 o 600 metros cuadrados como ocurre en muchos de los loteos como por ejemplo Llancahue-Vuelta de la Culebra;
  • En Valdivia existe una Ordenanza Municipal de protección de Humedales que a la fecha a quedado solo en el papel y que mientras hemos esperado 2 años para realizar Catastro de Humedales de Valdivia hemos perdido decenas o centenas de hectáreas de éstos, mientras gran parte de esta información ya existe, pero por alguna razón no es reconocida.
  • Que los humedales albergan un sin número de especies, algunas de ellas amenazadas como la rana chilena y el huillín y otras tan características de nuestra ciudad como el cisne de cuello negro, la tagua y el siete colores.

Los habitantes de Valdivia también tenemos responsabilidad por permitir que sean drenados y sepultados por basura y escombros, transformándolos en verederos ilegales y urbanizaciones humedales como Angachilla, Río Cruces, Cau Cau, Cotapos, Las Gaviotas o Llancahue, los cuales, nos protegen, dan vida y caracterizan a nuestra ciudad. A la vez, somos culpables de hacer la vista gorda, y muchas veces utilizar los servicios de quienes lucran o viven de actividades que llevan a la destrucción de los humedales. Debemos a aceptar que en necesaria la densificación de la ciudad y no dar más sustento al mito que en Valdivia no hay más terreno para construir cuando en pleno centro por años han existido terrenos abandonados o utilizados como estacionamientos, a consecuencia de la especulación inmobiliaria. Además, somos cómplices en la contaminación de los humedales y ríos al no clamar más fuertemente por leyes y normas que los protejan y permitir que industrias y gremios hayan demorado por más de 10 años y luego logrado derogar la norma secundaría de calidad de la cuenca río Valdivia, cuando ésta fue aprobada y contaba con un estándar internacional para mantener e incluso mejorar la calidad de las aguas de la cuenca.

Queda la esperanza de que cada día somos más los ciudadanos y organizaciones en la protección de lo humedales, pero a la vez también son mayores las presiones y amenazas sobre estos.  Finalmente, invito a la ciudadanía a acercarse a los humedales que aún nos quedan a observar las aves y disfrutar del entorno, las sensaciones, aromas y sonidos, también a que si tienen la posibilidad hagan el ejercicio de seguir a un camión o camioneta con escombros ya verán que estos probablemente terminaran en un humedal.

 

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