Por Egon Montecinos
Académico ULagos – Ex Intendente
Las elecciones son una expresión concreta de la política. Para alcanzar el objetivo de ganar una elección se debe contar con el apoyo de ciudadanos dispuestos a depositar su confianza en otro ciudadano que aspira a representarlos. Así, cada elección es un acto político y electoral pero también es un acto de educación cívica. ¿Por qué? Porque debe ayudar a informar sobre qué piensa y ofrece cada candidato (a), pero por sobre todo se debe transformar en un acto de educación cívica y formación ciudadana. Los debates son un medio para conocer propuestas, programas y proyectos que se desean impulsar, pero tan relevante como aquello es que cada una de esas propuestas estén en consonancia con el cargo que se desea ejercer. Todo ciudadano tiene derecho a saber que un Consejero Regional no puede prometer mejorar las pensiones de los adultos mayores, o terminar con las listas de espera en salud porque no forma parte de las atribuciones y competencias que le permite el cargo. Asimismo, cuando un candidato a parlamentario (a) plantea que trabajará incasablemente para concretar un camino rural, una ruta internacional, un puerto para impulsar exportaciones, estamos frente a una promesa que no depende del cargo, ni menos de un parlamentario en particular. Es recurrente escuchar a candidatos y ciudadanos plantear que es necesario votar informado, haciendo alusión particularmente a las propuestas, sin embargo, creo que es necesario dar un paso adicional y votar informado pero respecto del cargo al cual se aspira y qué atribuciones y funciones tiene para cumplir lo que está prometiendo. Los esfuerzos realizados por La Universidad Austral y los medios de comunicación por organizar debates ordenados, clarificadores y de alto estándar están en la línea de aportar a votar informado pero por sobre todo para educar a la ciudadanía, no cabe duda que esto ayuda a dignificar la actividad política. Preguntas asociadas a los cargos, medios informados, y respuestas pertinentes, aportan a la educación cívica. Por ello, independiente de los resultados, me permito valorar a los candidatos (as) que se atrevieron a participar en los debates, porque aportan a la formación ciudadana.
