Parlamentario dijo que “hasta donde se las empresas no tienen religión. El mejor aporte que podrían hacer los dueños de esas empresas es pagar todos sus impuestos”.

Manifestando su reticencia a apoyar el proyecto de ley misceláneo que entre otras materias establece exenciones tributarias a las empresas que aporten a los gastos que implica la visita del Papa Francisco, el senador Alfonso De Urresti dijo que “llama la atención que esta norma busque favorecer tributariamente a personas jurídicas, como si las empresas pudieran ser creyentes. Estos beneficios tributarios, al igual que en la objeción de conciencia, debieran ser para las personas, no para las empresas”.

El legislador del PS agregó que “los que debieran aportar, si quieren hacerlo, con o sin beneficios tributarios, son los dueños de esas empresas de primera categoría, que con esta propuesta podrían declarar sus aportes como gasto necesario para producir renta, hasta completar los 4 mil millones que se estimara costará esta visita”.

El senador por Los Ríos dijo que “esta es una iniciativa que ha suscitado un interesante debate en la sociedad, porque si bien se entiende que haya mucha gente a la que le interesa la visita del jefe del Estado Vaticano, también hay gente que percibe que esta iniciativa solo favorece a los empresarios y, peor aún, que discrimina entre religiones, pues propuestas de este tipo no las hemos visto en el marco de actividades de otros credos, que es el espíritu de la ley de culto que nosotros apoyamos fuertemente”.

“Además -añadió- está instalada con fuerza en nuestra sociedad la discusión sobre la real separación entre la Iglesia y el Estado. Muchos ciudadanos no creyentes consideran, legítimamente, que los recursos que el propio Estado deberá invertir para asumir parte de los costos de la visita papal -unos 500 millones de pesos según el propio proyecto- podrían haber sido utilizados para otros fines”.