Mauricio Vargas Zapata
Psicólogo 

Hace pocos días -por casualidad o no- pude leer un meme en donde aparecía un niño con un mensaje en relación a que disminuir la edad de responsabilidad penal es no asumir las responsabilidades de los adultos, el mensaje daba a entender que los delitos de los menores de edad son consecuencia de las negligencias de los adultos. Ese era más menos el mensaje o al menos así lo entendí.

Ese mensaje me hizo recordar la situación vivida en Temuco en donde un niño de 13 años fue secuestrado, torturado y asesinado por 4 adultos, y no pude evitar asociarlo a la situación de la cárcel que ocurrió en Brasil, algunos se preguntarán qué conexión tienen ambos casos: la única conexión que se me ocurre, es preguntarme ¿cuántas de esas personas sufrieron algún tipo de abuso en su infancia?, viendo interrumpida su capacidad desarrollar la compasión, con esta reflexión no quiero justificar ni condenar nada, sólo hacer una serie de preguntas.

En virtud de lo antes señalado ¿qué deuda tenemos como país, como sociedad, como cultura, como humanidad con nosotros mismos?, ¿qué hace que existan comportamientos de esa naturaleza?, ¿estamos a tiempo para evitar las masacres como las que se producen en Brasil y en otras partes del mundo?; a pesar que las noticias nos muestran constantes casos de violencia, ¿qué valor le damos a la vida humana?. En alguna parte, en algún momento leí o escuche que una sociedad es buena dependiendo como trata a sus mascotas o animales, luego de ver una noticia en donde golpean con un palo a un perro hasta la muerte, me queda algo más clara la respuesta a dicha pregunta.

Finalmente vuelvo a preguntar ¿cómo hacer para reinsertar a quienes han cometidos crímenes?, ¿cómo reeducar a los niños y niñas que han recibido abuso en su infancia?, ¿cómo sentir compasión por el otro?, quizás las respuestas a esas preguntas no las sepamos nosotros, pero quizás nuestros hijos o nietos si las sepan algún día.